La filmación en Donostia de Ya no quedan junglas adonde regresar, película protagonizada por la estrella de Hollywood Ron Perlman y cuyo rodaje adelantó este periódico, se nota ya en la ciudad. En la mañana de este miércoles, junto al Náutico, algunos viandantes han confundido la grabación con un dispositivo policial. “¿Ha ocurrido algo grave?”, se preguntaba una paseante ante un actor ataviado con ropajes de la Ertzaintza. Pero no, por suerte, ninguna desgracia: “Sólo un rodaje”. Además, entre los que se han acercado de visita a la escena se encontraban dos productores locales bien conocidos, Xabier Berzosa y Ander Sagardoy, de Irusoin.
Hacia las 11.15 horas, poco después de la citada conversación entre el peatón y el figurante/policía, los actores Megan Montaner y Hovik Keuchkerian, reciente Concha de Plata del Zinemaldia por su papel en Un amor, han llegado al set caminando por la calle Ijentea. Amables y cercanos, han saludado y besado a los aficionados que rodeaban la pequeña plazuela por la que se accede al espigón, lugar en el que se ha filmado la escena. En esta ocasión, Ron Perlman, protagonista de la saga Hellboy y fiel colaborador de realizadores como Guillermo del Toro y Jean Jacques Annaud, no se ha sumado a la secuencia. En ella, Montaner y Keuchkerian han participado en el ficticio dispositivo policial, trabajando sobre un cuerpo que ha aparecido junto a la bahía. La magia del cine hace que bajo la manta térmica que han levantado para inspeccionar el hallazgo no se encuentre un cadáver, sino un maniquí.
Un thriller en Donostia
Dirigida por el mexicano Gabriel Beristain en su primer largometraje como realizador –es bien conocido por su labor como director de fotografía para varias cintas de superhéroes de Marvel–, el filme adapta la novela Ya no quedan junglas adonde regresar, del periodista Carlos Augusto Casas. Si bien el relato original está ambientado en Madrid, la producción ha dado un salto para trasladarse a la capital guipuzcoana en la que prevén rodar durante mes y medio.
En este thriller, Ron Perlman interpreta al personaje conocido como Gentlemen, un hombre que semana tras semana contrata los servicios de una prostituta con la que acaba desarrollando una gran cercanía. Cuando esta aparece asesinada, este hombre emprende la senda de venganza y decide ajusticiar por su propia mano a los cuatro sospechosos de dicho asesinato.
