Desde la aprobación a principios de este siglo de una serie de medidas por parte de las diputaciones, el Gobierno Vasco y ETB, y desde el boom de Aupa Etxebeste! (2005), Euskadi ha contado al año, al menos, con una película de ficción en euskera –el 70% del total hasta la fecha, además, se rodaron en Gipuzkoa–. Tristemente, ninguno de los tres territorios de Euskadi acogió en 2023 algún proyecto de ficción pensado para la pantalla grande que fuese en dicha lengua. En Gipuzkoa, por ejemplo, el último largometraje de acción real que se filmó en este idioma fue Irati, en 2021. Al año siguiente, se culminó otra cinta, también en euskera, Black is beltza: Ainhoa.

Así lo dio a conocer ayer la Asociación de Productoras Independientes Ibaia en una comparecencia que tuvo lugar en las Juntas Generales de Gipuzkoa, a petición de EH Bildu, para hablar de la salud del sector en el territorio y de las consecuencias que tuvo la aprobación el 1 de enero de 2023 –hasta ese momento Gipuzkoa contaba con "el mejor incentivo de todo el Estado", entre un 35% y un 45% de posibilidad de desgravación– de una nueva fiscalidad impulsada a finales de 2022 para atraer rodajes a tierras vizcainas. Dichos descuentos han provocado que los rodajes caigan en Gipuzkoa, si bien no explican el motivo por el cual no ha habido proyectos de ficción en euskera en el territorio vecino, aún más, teniendo en cuenta que los proyectos en euskera pueden lograr deducciones de hasta un 70%. 

Sea como fuere, ya 2024 Gernika acoge el rodaje de Azken erromantikoak, ficción en la que David Pérez Sañudo (Ane) adapta la novela Los últimos románticos, de Txani Rodríguez. Gipuzkoa, por su parte, ha retomado el pulso y, en este momento, hay planes para rodar tres películas de ficción en euskera. Sólo falta que, con carácter retroactivo a enero de este año, las Juntas Generales de este territorio aprueben una norma que armonizará las desgravaciones fiscales con las de Bizkaia. Está previsto que el anteproyecto de norma llegue a las JJGG el 21 de este mes para que comience su tramitación.

La presidenta de Ibaia, Marian Fernández, y el gerente de la asociación, Ignacio Rotaetxe, comparecieron ayer en la comisión de Cultura, Cooperación, Juventud y Deportes para explicar ante los junteros cómo ha cambiado el sector del séptimo arte en nuestro territorio en apenas doce meses. “Nuestro reto y responsabilidad es mantener y trabajar por la creación audiovisual propia”, aseguró Fernández, que también agregó que las atractivos desgravámenes del territorio vecino han hecho que los rodajes se hayan “escorado” hacia Bizkaia. Las productoras guipuzcoanas –33 de un total de 70 en la CAV– han apostado por mover sus proyectos de emplazamiento o por esperar a que Gipuzkoa armonice los incentivos fiscales.

Fernández defendió la necesidad de tener un ecosistema fuerte para garantizar que muchos profesionales del sector, que trabajan con contratos de obra y saltan de proyecto en proyecto, tengan estabilidad y rotación en los rodajes.

Incentivos fiscales a la guipuzcoana

La propuesta de incentivos fiscales que llegará a las JJGG el día 21 difiere de la vizcaina en un punto fundamental, opinó Rotaetxe. La norma vizcaina favorece la instalación de empresas en su territorio. Es decir, las productoras pueden acceder a una desgravación del 35%, simplemente, por ubicar su sede social en Bizkaia y sin necesidad de que el proyecto se ruede y, por lo tanto, deje dinero en dicho territorio.

En Gipuzkoa se desea ser “más ambicioso” y “sostenible”. Así, para lograr la desgravación mínima del 50%, el 35% del total del presupuesto de la producción debe invertirse en el propio territorio. Si la inversión es de más del 50% podrá acceder a un 60% de desgravación y, si la película es en euskera, se le sumará un 10% más.