Esperando el diluvio, la última novela de Dolores Redondo, ambientada en buena parte en el Bilbao de los años 80, será llevada al cine, ya que la escritora ha recibido una oferta “muy interesante” y está “agradecida” y “satisfecha” con la adaptación de su exitosa Trilogía del Baztán. La autora superventas lo anunció ayer en Donostia, donde presentó la novena traducción que se edita de su trabajo más reciente, esta vez al euskera, la versión de Danele Sarriugarte titulada Uholdearen zain, publicada por Erein.

Redondo explicó que cuando publicó Esperando el diluvio, hace ahora justo un año, recibió “bastantes ofertas” para adaptarla al cine, pero entonces estaba enfrascada en otras cosas y le pareció “un rollo” en ese momento involucrarse en lo que acarrea un proyecto de ese tipo.

Sin embargo, “hace unas semanas” volvió a tener “ofertas muy interesantes” y en “poquito tiempo” anunciará formalmente el salto a la gran pantalla de su último libro.

“Ahora estoy decidida a cerrar ese contrato”, recalcó sobre la próxima adaptación al cine de la obra, sobre lo que no quiso adelantar nada más porque, cuando “entren” en escena quienes desarrollen el proyecto cinematrográfico, deberán ser los protagonistas.

Asimismo, explicó que ha pesado en esta decisión su satisfacción con las tres películas que hizo Fernando González Molina –El guardián invisible, Ofrenda a la tormenta y Legado en los huesos– y el éxito que cosecharon, que hace que siga “muchos años después” en Netflix.

Sobre Esperando el diluvio, comentó que retrata el Bilbao que ella vivió de niña y adolescente, cuando ocurrieron las graves inundaciones de 1983, aunque al abordar la historia de un asesino real, John Biblia, que mató a tres mujeres en Glasgow, también discurre en la ciudad escocesa.

“Bilbao ha sido el patito feo que ha sabido renacer de aquel desastre” y se ha transformado en “una ciudad que sabe acoger sin perder identidad”, subrayó Redondo, que agregó que le gustaría que eso mismo “ocurriera” en Donostia, donde “hay veces”, sobre todo al recorrer la Parte Vieja, que le “da un poquito de pena” que pierda la suya. “Creo que tenemos que salir en hordas a recuperar Lo Viejo”, proclamó la escritora donostiarra.