Maite Arruabarrena y German Ormazabal, dos vidas que, aunque con caminos muy diferentes, han girado en torno a la música. ¿Cómo nace este proyecto en común?

M.A: Yo diría que empieza de las ganas de hacer música. German y yo compartimos ese placer de hacer música y de ahí nace todo. Le propuse este concierto con estas canciones y aceptó enseguida.

G.O: Una vez empezamos a preparar el concierto se nos cursó la invitación por parte de la organización del certamen de las masas corales de Tolosa y entendimos que era un contexto bonito para dar el inicio a esta edición. Antes ya habíamos actuado juntos, pero será la primera vez con este repertorio.

¿Qué ofrece este concierto? ¿Pueden adelantar algo?

M.A: El concierto ofrece canción y destacaría que prima la melodía. El concierto tendrá tres bloques diferentes. El bloque en castellano, con canciones de compositores españoles y argentinos; el bloque francés, con obras de compositores franceses; y, por último, el bloque italiano, con canciones italianas.

¿Habrá algún artista invitado?

G.O: Teniendo a Maite no hace falta nada más (añade entre risas).

¿Cómo convencerían al espectador que todavía no ha comprado la entrada para que se decida a ir?

G.O: Pues que se encontrarán una maravillosa fusión de poesía y música. Podrán disfrutar de melodías muy especiales además de las letras, que también son únicas. Y, sobre todo, les diría que es un concierto para que lo disfrute todo el mundo.

M.A: Las melodías no piden ser entendido, ni aficionado a la música clásica. Te llegan al corazón. Y nosotros intentaremos transmitirlo así.

Maite, podríamos decir que desde joven su mundo ha sido el de la música. Realizó los estudios superiores de música en Donostia, y ha pasado por diversos centros o procesos de formación en Madrid, Toulouse, Italia y Catalunya. ¿Destacaría especialmente alguno de estos pasos o estancias?

M.A: Quizá la etapa de Italia, porque allí se inició mi carrera profesional. Yo he estado vinculada al canto desde los siete años, pero ganar aquel concurso en Italia me abrió las puertas a un futuro profesional.

La suya ha sido una carrera plagada de éxitos. Ya en 1989 obtuvo el primer premio del concurso Internacional de Canto Toti dal Monte en Italia, y ha actuado en los teatros o auditorios más conocidos del planeta como la Lincoln Center de Nueva York, Kammermusiksaal der Philarmonie de Berlín o el Victoria Eugenia de Donostia. ¿Alguna vez se imaginó llegar hasta donde ha llegado?

M.A: Para nada. Todo ha transcurrido sin darme cuenta. Cuando empecé a cantar a los 7 años, no entraba en mis planes nada de lo que he podido hacer hasta ahora.

¿Dónde empezó?

M.A: En los coros Oiñarri y Orereta Ikastola, y aprendí mucho en los dos grupos.

¿Qué importancia han tenido las agrupaciones corales en su carrera profesional?

M.A: Probablemente haya sido la parte más importante de mi carrera. Como ya te he dicho, con 7 años empecé a cantar en el coro de la ikastola con el director Jose Luis Ansorena, que a su vez es una persona muy vinculada al certamen de las masas corales de Tolosa ya que ha sido uno de sus impulsores durante años. Debió de ver algo en mí y me hizo debutar como solista en un auditorio del ayuntamiento de Donostia con 7 años. Después, hasta los 23 seguí cantando en coros, pero con 23 ya no podía compaginarlo con mi carrera profesional.

También ha interpretado ópera.

M.A: Hace años que no la canto. La mayor dificultad de interpretar ópera es la vocal. Por ejemplo, en un recital de canto como el que vamos a interpretar nosotros, la dificultad vocal es menor, pero la dificultad musical es mayor. Los cantantes de la ópera son atletas de la voz, requiere mucho esfuerzo a nivel vocal.

Acaba de decir que en un concierto como el que va a interpretar con German la dificultad musical es mayor. ¿Sabría decirme por qué?

M.A: Es una muy buena pregunta y no sé si tengo la respuesta (añade entre risas). Para empezar, hay muchísima información en muy poco tiempo. Normalmente las canciones las hacen compositores que saben hacer muy bien su trabajo, y son las letras, las poesías, las que van ligadas a la música, y esto hace que todos los detalles, matices y emociones que debes reflejar en dos minutos sean muchos. Tanto German como yo trabajamos buscando eso. Transmitir emociones, y que el público las perciba y se emocione.

También puede presumir de haber trabajado bajo la batuta de los directores más prestigiosos. ¿Destacaría a alguno de ellos?

M.A: Ha sido una suerte poder trabajar con gente tan buena, pero no me gustaría destacar a ninguno de ellos. Cuando destacas algo o a alguien siempre tienes el miedo de olvidarte de algo, y no me gustaría dejarme a nadie. Preferiría decirte que he tenido la gran suerte de poder aprender de todos y cada uno de ellos.

También cabe añadir que es profesora de canto en Musikene desde su creación. ¿Siempre ha querido impartir clases?

M.A: La verdad es que no. Las cosas fueros llegando a mi vida y empecé a dar clases, y destacaría que me ha aportado muchísimo tanto a nivel profesional como a nivel personal. Surgió la posibilidad y llegó en el momento adecuado, y poder trasladar ese poco que sabes a los y las jóvenes es muy gratificante.

Acaba de decir que es muy importante que las jóvenes promesas puedan recibir clases de calidad. ¿Cómo ve el futuro?

M.A: Veo un futuro muy bueno. Concretamente, hablando de Euskal Herria, están llegando voces muy preparadas, con las ideas claras y con muchas ganas de aprender. Veo un futuro buenísimo.

Si tuviera que elegir entre su carrera como artista y su carrera como profesora, ¿Cuál elegiría?

M.A: Aunque no es una pregunta fácil, me quedo con mi carrera como artista. Todavía predominan las ganas de actuar en un escenario.

German, su vida también se centra actualmente en la música, pero ha tenido un recorrido profesional más diverso. Cursó los estudios superiores de música en Donostia y también se licenció en Derecho en la UPV. ¿Cuáles eran sus planes de futuro?

G.O: Fíjate, el otro día me hicieron la misma pregunta y yo conteste con otra pregunta. ¿La música es ciencia, o es arte? Al final, la música también es matemática. Hubo un momento en el que debatí internamente sobre lo que debía estudiar o a lo que me quería dedicar, pero finalmente no me decanté. Nunca he creído en los compartimentos estancos, entre dos mundos diferentes también hay relación.

Maite, repitiendo la misma pregunta, cursó los estudios de psicología. ¿Cuáles eran sus planes?

M.A: Yo tenía muy claro que me gustaba cantar y que era lo que quería hacer. Pero también tenía muy claro que este es un mundo muy difícil y que, debía de tener alguna alternativa por si las cosas no salían como quería.

G.O: Afortunadamente, durante los últimos años también ha cambiado mucho la percepción sobre la música a nivel profesional. Hace no mucho hicimos un concierto con nuestro artista y amigo Xabier Zelaia, y el título del programa era Eta zer gehiago?. Este título hacía referencia a cuando nosotros éramos jóvenes y nos preguntaban en la ikastola qué queríamos estudiar y contestábamos música. Al escuchar esta respuesta siempre nos contestaban: ¿Y qué más? Afortunadamente, hoy en día esa percepción ha cambiado, también gracias a que tenemos un centro de formación superior en el que poder formarse de la mejor manera. Probablemente no tendremos la tradición que puedan tener otros países, pero a nivel de formación, competimos con los mejores.

Después de un primer recorrido profesional en el mundo de la banca, en 1996 asumió el cargo de director general de la Orquestra del País Vasco hasta 2005. ¿Cómo recuerda aquella etapa?

G.O: Guardo unos recuerdos maravillosos. Creo que me beneficié yo más que la orquesta. Fue una etapa de un tremendo crecimiento a nivel personal y profesional, y, sobre todo, puede compaginar y trabajar en los dos mundos que a mí me gustaban. El mundo de la música, y el mundo de la gestión.

¿Hay que saber música para gestionar una orquestra?

G.O: No creo que sea imprescindible, pero indudablemente, ayuda. Facilita el trabajo saber de qué se está hablando en diferentes conversaciones con los directores o con los músicos, pero no es imprescindible. Hay mucho músico que intenta hacer el trabajo de gestión y no funciona, y también hay mucho gestor que quiere ser músico, tampoco se trata de eso. El gerente debe ir siempre de la mano del director artístico. Una cosa es programar y escoger las obras, y otra gestionar. Pero cuanta más información tengas, mejor. Durante aquellos años pudimos llevar a cabo proyectos innovadores y buscamos darle la proyección internacional que merecía a la orquesta.

En enero de 2020 asumió la dirección general de la EGO (la joven orquesta de Euskal Herria). ¿Son parecidos los cargos de director de la OSE y la EGO?

G.O: No tienen nada que ver. Lo que pasa es que, en mi caso, la EGO era un proyecto muy especial y que a nivel personal me hacía mucha ilusión, ya que, en el 97, siendo gerente de la orquesta de Euskal Herria, se nos encomendó desde el departamento de Cultura del Gobierno Vasco la puesta en marcha de la EGO. Hay que tener en cuenta que en esas fechas no existía la EGO, no existía Musikene, no existía el Kursaal, no existía Euskalduna Jauregia, no existía Baluarte… etc. Con esto quiero decir que el contexto socio cultural era muy diferente, pero afortunadamente existía la inquietud de crear aquellos proyectos que menos de dos décadas después son referentes a nivel cultural. Juanjo Mena, como director artístico y yo metimos muchas horas fuera de nuestra jornada para poder sacar adelante este proyecto, y es por esto por lo que hoy es un proyecto muy especial a nivel profesional, y también a nivel personal.

¿Cómo ve a la cantera musical vasca?

G.O: La cantera es espectacular. Desde hace años hemos tenido generaciones de artistas muy reconocidos. La generación del 97, por ejemplo, fue una generación muy buena. Pero, afortunadamente, si analizamos el nivel medio de los jóvenes de hoy en día, ha subido mucho. Los medios que hay hoy en día contribuyen a ello. Este año, por ejemplo, hemos quitado la edad mínima para poder entrar a la EGO. Antes no podías acceder hasta cumplir los 16 pero entendemos que el talento no entiende de edades.

Ahora mismo les pillamos en un descanso entre ensayos. ¿Tienen ya todo listo para el concierto del 31 de octubre en el Leidor de Tolosa?

M.A: Sí, podríamos decir que tenemos todo bastante dominado.

G.O: Estoy deseando que salga bastante mal el ensayo, porque el día que sale muy bien el ensayo… va en detrimento del recital (añade con humor). Pero sí, tenemos todo bastante bien preparado.

¿Cuántas horas puede dedicar Maite a la música a lo largo del día? ¿Y German?

M.A: La música vive permanentemente conmigo. Cuando salgo a andar, cuando cocino, cuando conduzco… lo hago con música. Las 24 horas del día son música para mí.

G.O: Diría que tanto Maite como yo, vivimos con la música las 24 horas del día. Hasta en el silencio, la música es importante.

¿Y cuántas horas dedican al día a ensayar?

M.A: También es importante cuidar la voz. Por tanto, hay días en los que ensayo, pero también hay días en los que descanso.

G.O: En mi caso, nadie te quita tus 2 o incluso 3 horas de ensayo al día. Pero a mí me gusta insistir. Al igual que en el deporte, en nuestro mundo también es muy importante el descanso.