Invirtiendo aquella expresión que se refiere a "una habitación con vistas", que sirve de referencia a la novela de Edward Morgan Foster, Julian Lage ha levantado este sábado el telón de la plaza de la Trinidad en el 58º Jazzaldia con un ejercicio especular de puntos -y contrapuntos- de vista, sostenido sobre constantes juegos de escalas y un sólido groove.

No en vano, su ultimo disco View with a room, -es decir, Una vista con habitación-, que supone su segunda colaboración con el prestigioso sello Blue Note, viene a ser una vuelta de tuerca a los intentos de volver orgánicas y melódicas las frases surgidas de la improvisación. En la Trini ha sido fiel a ese espíritu junto con dos escuderos bien conocidos: el contrabajista Jorge Roeder y el batería Joey Baron. De esta manera, no ha sido el público quien ha escuchado, sino que las seis cuerdas y sus acompañantes se han ramificado por el lugar.

La voluntad de poner el mundo al revés ha sido tal, que el guitarrista, antiguo niño prodigio con una más que consolidada carrera a la edad de 36 años, ha decidido postergar las composiciones más recientes al último tramo del concierto, casi a los bises. Hablamos de las más recientes como las más postreras, porque la realidad es que se ha centrado en sus temas de la última década, como las extraídas de su disco Squint (2021), y en algún que otro standard.

Con su fiel guitarra Telecaster, una herramienta no muy típica con la que enfrentar el jazz -he aquí otro ejemplo de forzar la perspectiva-, al comienzo del concierto Lage ha guiado al trío por un medley ininterrumpido de media hora que ha arrancado con una nana -Lullaby- de un disco anterior, World's fair (2015), que ha unido con Day and Age, para dar, posteriormente, el salto a dos temas de gospel, Speak to me y Nothing. Con Nothing el público ha aplaudido los destellos de rasgado de cuerdas que invitaban a la distorsión. El momento más esperado de la noche, en cambio, ha llegado en el bis con la invitación al escenario de la siguiente estrella de la noche, el también guitarrista Bill Frisell, siempre sonriente, y que se ha calzado el mismo modelo de Telecaster de Lage. Precisamente, peso importante de View with a room recayó sobre las manos de Frisell -ambos músicos se conocen desde hace tiempo, por ejemplo, de haber coincidido acompañando a John Zorn- y junto a él, tras un dialogo entre herramientas, han tocado Auditorium. Y frente a ellos, el auditorio ha aplaudido. Cuestión de puntos de vista.