Con la de esta noche en la Trini, serán tres las veces que el prestigioso guitarrista Bill Frisell actúa en Donostia en el marco del Festival de Jazz. La primera vez fue en 1995, como miembro de la crew de Paul Motian; la segunda, hace dos años, cuando aún resonaban los ecos de la pandemia. De hecho, el nuevo álbum que presentará, Four, surge de composiciones que creó durante el confinamiento y a las que aportaron su sello distintivo los músicos que le acompañarán esta noche: Greg Tardy (viento metal), Gerald Clayton (piano y órgano) y Johnathan Blake (batería).

Esta noche presentará en Donostia su nuevo álbum, ‘Four’, con un nuevo proyecto musical. ¿Cómo se formó este cuarteto?

Llevaba mucho tiempo pensando en estos músicos. Durante la pandemia, además, estuve escribiendo muchas pequeñas melodías todos los días. Fue un momento extraño en el que no podías estar con tus amigos o no podías tocar juntos. Fue un tiempo de soledad y escribí mucha, mucha música. Pero tenía a Jonathan a Gerald y a Greg en mente, como si fuese un sueño. Me preguntaba cómo sonaría nuestra unión. 

El sueño se hizo realidad.

Estaba con Don Was, el presidente de Blue Note, una noche fuimos al Village Vanguard –se refiere al club de jazz neoyorquino– a pasar el rato. Escuchamos a la banda de Ravi Coltrane y entonces le dije que estaba pensando en un proyecto con estos músicos. Y él dijo: “Oh, eso suena genial, debes hacerlo”. Pasó de ser una fantasía a algo real, de repente tenía que montar el proyecto (ríe). 

¿Le costó?

Apenas unos meses después, todos estaban dispuestos a tocar y pudimos hacer la grabación del álbum. De hecho, pensé que lo único que haríamos sería grabar el disco. No sabía si alguna vez podríamos hacer algún concierto, porque todos tienen sus propias bandas, todos están muy ocupados. ¡He tenido tanta suerte de que estén dispuestos a unirse a la gira! Estamos haciendo algunos conciertos en EEUU y el de Donostia será el último que hagamos de la gira europea. Estoy realmente emocionado por eso, porque tan pronto como empezamos a tocar en vivo, la música se expande y suceden cosas.

Ha citado a Blue Note. ‘Four’ es su tercer álbum con este sello tan prestigioso. ¿Lo siente como una colaboración exitosa?

Sí, ha sido realmente genial. He mencionado a Don Was porque ha sido maravilloso trabajar con él. Es músico y realmente siento que me entiende. Quiero decir, por un lado, está el aspecto comercial y, por otro, está la música. Él realmente entiende la parte creativa. La música no siempre sigue un horario, como ocurre en los negocios. Me brinda mucho apoyo en ese sentido.

Este álbum nació durante la pandemia y el confinamiento. Muchos artistas vieron la pandemia como una oportunidad para crear. ¿Fue así en su caso?

No estoy seguro de si lo sentí así. Para mí la música tiene mucho que ver con estar con la gente. Así ha sido toda mi vida. Cuando era niño, tan pronto tuve una guitarra, lo primero que hice fue ir a casa de mi amigo que tenía otra guitarra para tocar juntos. Siempre se ha tratado de eso y eso es lo que fue tan difícil para mí cuando no podíamos estar juntos en el confinamiento. Por supuesto, necesitamos pasar tiempo a solas. Necesitábamos practicar y componer, así que eso es lo que hice, pero lo más difícil fue no poder estar con los demás, que es donde la música realmente cobra vida. Eso fue lo genial de hacer este álbum, porque hizo que cobrase vida la experiencia del confinamiento, en lugar de que la música quedase simplemente escrita en un papel.

¿Cuál era su objetivo con estas composiciones?

Nada está realmente definido. No era como si dijera “esto debe ser de esta manera” o “debe ser de esta otra manera”. Quería que cada voz pudiera contar su propia historia. Lo que aporté a las sesiones de grabación no fue mucho. No sentía que nada estuviera realmente terminado o establecido.

Pero sí que llevó una base de lo que quería al estudio.

Fueron pequeñas canciones, incluso sólo una idea. Luego la banda aportó sus propias historias. No se trata tanto de ejecutar un sólo o de que alguien esté al frente. Quería que fuera el sonido de todos nosotros aportando juntos. Creo que será interesante escuchar cómo suena cuando toquemos en Donostia, habrán pasado algunos años desde que grabamos el disco y cada vez que tocamos, la música cambia. No estamos haciendo un espectáculo, no estamos tocando el álbum. Las canciones que tocamos en el disco han crecido y cambiado.

Por lo tanto, la improvisación es determinante.

Eso es. Es muy, muy importante. Mi esperanza siempre es encontrar algo que nunca supimos que estaba allí, que podamos tocar las mismas canciones pero forzando los límites; quiero sorprenderme sobre el escenario y espero que el público esté bien con eso. Para mí, lo más emocionante es cuando todos en la banda confían entre ellos. Podemos cometer un error o intentar algo nuevo y ver qué pasa, a veces funciona y a veces no, pero la idea es que haya suficiente confianza y te sientas seguro para simplemente saltar y ver qué sucede. Eso es lo que quiero.