La brass band de Luis Mari Moreno, El Pirata, y el grupo de danza Kukai de Jon Maya han ofrecido este jueves un aperitivo del Jazzaldia, que comenzará oficialmente mañana con la inauguración del Escenario Keler en la Zurriola de la mano de Village People.

Euskorleans es un proyecto original de El Pirata con el que transformar, mediante un sexteto de viento metal, canciones populares del pop y el rock euskaldun en melodías más propias del Mardi Grass de Nueva Orleans. Tras coincidir con Jon Maya en la dirección de las galas del Zinemaldia hace unos pocos años, ambos artistas errenteriarras coincidieron en que esa experiencia podía trasladarse también a la danza. Con esa idea se han presentado esta tarde en Sagués, en la primera de las cuatro paradas que ha hecho esta kalejira, que ha concluido cerca de las 21.00 horas en el Náutico donostiarra.

Vestidos como en los años 20, la banda de El Pirata ha aparecido subida a un camión que les ha servido de escenario durante la primera mitad del recorrido. No faltaba ningún instrumento, ni el banjo, ni el acordeón, ni el trombón, ni el clarinete, ni la trompeta, ni la tabla de lavar para la percusión. Los cinco bailarines de Kukai en cambio han llegado -y se han desplazado- en bicicletas de DBIZI.

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Los bailarines de Kukai Dantza se desplazaron en bici de un escenario a otro. Iker Azurmendi

En Sagüés la banda ha empezado con una versión sabrosona de Lau Teilatu, a la que le han seguido, con la participación ya de los bailarines, versiones metalizadas Arin Arina y Banakoa, mezclados con pasos de lindy hop. Una versión de Sarri, Sarri ha hecho que el público arranque a cantar, antes de que músicos y bailarines corriesen hasta el siguiente alto en el camino: el Kubo pequeño.

En el camino música para pasacalles al estilo Nueva Orleans: Egun da Santi Mamiña e Ikusi Mendizaleak. En el Kursaal, la parada más corta -desde el inicio iban con retraso-, una pieza bailable -Fandangoa- y otra instrumental bien conocida, Aitormena, de Hertzainak, antes de dar el salto al siguiente compromiso del trayecto.

El público ha ido creciendo a medida que esta particular kalejira avanzaba. De hecho, ya en el kiosko del Boulevard, además de repetir el Arin Arina y el Banakoa, los profesionales de Kukai han sacado a un nutrido grupo de ciudadanos a bailar en un corro, primero, Muxikoak, y luego Dantza luze, coreografía típica de la tradición navarra, en este caso, deconstruida -o reconstruida- para la ocasión.

La brass band ha continuado hasta el Náutico, donde también esperaba público y escenario en el que Kukai ha bailado con luz propia, ganándose la complicidad de los espectadores con Andre Maddalen y Agurra. Con un zurito de cerveza en el suelo colocado por El Pirata, los expertos bailarines han procedido, a la manera de este espectáculo, a la siempre vistosa Godalet dantza, provocando efusivos aplausos cada vez que uno de ellos se lanzaba sobre el vidrio sin volcar el vaso y también lamentos cuando alguno lo ha hecho.

Con un brindis dirigido hacia el público y con una poco solemne pero popular -y cantada y bailada- Xalbadorren heriotzean ha concluido este aperitivo del Jazzaldia o eso parecía , antes de que se lanzasen de nuevo al Arin Arina, ante la insistencia del público. Mañana más.