Eider Elorza se considera una cantante de soul y es desde ahí donde abraza varios estilos. Primero fue el reggae, música que no ha abandonado. No obstante, desde que inició sus estudios en el Centro Superio de Música del País Vasco, Musikene, se ha centrado en el jazz vocal. Con la intención de profundizar en estas sonoridades, hace unos meses formó el proyecto Eira & Band, con la que este jueves actuará en el Altxerri, mientras que el sábado lo hará en Gasteiz, dentro de la iniciativa Jazza Parkean del Festival de Jazz de la capital alavesa. Gonzalo Encinal (piano y teclados), Víctor Villa (guitarra), Eñaut Armentia (bajo eléctrico) y Martín Irigoras (batería) acompañan a Eira, que en su cita donostiarra contará con la colaboración de otras tres cantantes: Danae Riaño, Maider Biguri y Triz González.

¿Es Musikene un buen caldo de cultivo para conformar una banda?

Musikene es una oportunidad ideal para conectar con músicos que están aprendiendo, con músicos de mucho nivel y con los que convives constantemente. Podría decirse que sí, que es un buen caldo de cultivo. Lo que ocurre es que muchos de esos músicos al terminar el ciclo de Musikene se marchan. Así que sí, pero no (ríe).

Entonces son proyectos más efímeros. 

Depende. Los proyectos van evolucionando y no tienen por qué terminar.

Inició el proyecto de Eira & Band en el mes de febrero. 

El primer concierto lo hicimos en Tabakalera, en Kutxa Kultur Kluba. Diría que estamos dando los primeros pasos de Eira & Band, estamos aprendiendo a caminar. El de Altxerri será nuestro segundo concierto, el día 1 de julio estaremos en Jazza Parkean de Gasteiz. Llevamos unos meses de recorrido pero enfoco el proyecto a medio y largo plazo.

¿Qué buscaba con este proyecto? 

Explorar las sonoridades que he adquirido recientemente, el jazz, y ahondar en el soul y el neosoul, que son estilos que siempre he amado y que no había tenido la opción de desarrollar bien. Poco a poco, voy encontrando mi sonido más allá del reggae, que es de donde vengo. Está siendo un camino interesante.

¿Qué interpretarán en los conciertos, estándares de jazz o composiciones propias? 

De todo un poco. Nos enfocamos en un sonido menos clásico, desde temas de Kurt Elling, que es un artista que me encanta y que actuará este jueves coincidiendo con nuestro concierto en Altxerri, hasta composiciones propias. Es curioso porque la mayoría son bastante viejas pero las he arreglado para esta ocasión. Además, habrá algún estándar con un arreglo propio.

Además de Kurt Elling, ¿qué otros cantantes de jazz vocal le gustan?

Elling me parece una maravilla. Iré el miércoles a Getxo Jazz a ver a Jazzmeia Horn. También me gusta mucho Cécile McLorin Salvant, otra maravilla. Si fuese a las clásicas, ¿qué podría decir de Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan o Julie London, que tiene un timbre muy bonito? No podría quedarme sólo con una.

¿Qué le aporta el jazz?

Muchísimo. Me aporta otra clase de estilo precioso y, sobre todo, mucho conocimiento. Es un mundo muy rico, del que aún me queda mucho por explorar.

Comenta que es un proyecto a medio-largo plazo. ¿Algún disco en mente?

Sí. El año que viene me gustaría grabar alguna cosa, aunque aún no sé en qué formato, ni cuántas canciones, pero sí empezar a registrar algo de lo nuevo que estoy haciendo. De cualquier modo, también concibo los discos como proyectos y me gustaría ir dando pequeñas píldoras y que cada una de ellas sea una exploración.

Ha aterrizado en el circuito de jazz local. ¿actuar en el Jazzaldia es una aspiración?

Sí, lo es.

En este periodo ha cantado junto al prestigioso saxofonista Dick Oatts y ha colaborado con Iñaki Salvador, uno de los habituales del Jazzaldia. 

En Musikene he tenido la gran suerte de compartir escenario con Dick Oatts, junto con la Big Band del centro. Oatts dirigió la Big Band durante el primer trimestre y fue un placer estar bajo sus órdenes. Con Iñaki Salvador tuve la grandísima suerte de que me llamara para cantar un par de canciones para el Euskaraldia que se organizó en Musikene, de las cuales una de ellas era mía sobre la que él hizo un arreglo. Todas estas colaboraciones han sido en este ámbito. Estoy teniendo la suerte de poder conocer a artistas enormes que admiro y que me enseñan un montón.

Del reggae saltó al jazz.

No fue un salto, fue una inmersión en el jazz pero no he dejado de hacer reggae, de amarlo y disfrutarlo. En el momento que empecé a estudiar en Musikene, me centré mucho en componer y en adquirir los conocimientos relativos al jazz, eso ha hecho que el foco no esté puesto en el reggae como prioridad, pero va a formar parte de mí como artista para siempre.

¿Existen vasos comunicantes entre el reggae y el jazz?

Siempre me he considerado una cantante de soul, canto reggae y jazz desde ahí, ese es el vaso comunicante. No deja de ser música negra, de una forma u otra.

Al igual que con el reggae, también en sus composiciones propias de jazz utiliza, entre otros idiomas, el euskera.

Sí. El concierto del Altxerri no sé si voy a incluir alguna de mis canciones en euskera, aún estoy cerrando el repertorio. Pero sí, escribo tanto en euskera como en castellano e inglés, aunque es cierto que tiro cada vez más hacia el euskera y el castellano.