La banda andoaindarra Natural Project cumple 30 años y sus componentes celebran esta efeméride con la publicación de un EP que ofrece un guiño al pasado y con una mini gira de presentación que concluirá mañana en la sala Abend, de Lasarte-Oria. Se trata de una cita que, según reconoce Estanis Elorza (voz y bajo), es también un homenaje a uno de sus antiguos miembros, Ales Martín, músico lasartearra que junto a Elorza fundó este proyecto en 1993 pero que, al final, acabó abandonando debido a cuestiones personales.

El trabajo que presentarán también evoca al pasado. No en vano, se titula Olabista, en referencia al sello de Andoain en el que comenzaron a dar sus primeros pasos. El EP supone un tributo a las influencias de aquella casa y también a aquellos maestros que les guiaron en la música o que, incluso, colaboraron sufragando material para la banda. “El espacio de Olabista siempre fue muy inspirador para nosotros, se encontraba en el campo pero, al mismo tiempo, pegado a unas fábricas. Ese contraste tan fuerte siempre nos inspiró y nos pasamos muchas horas allí componiendo o, simplemente, charlando y tomando algo. Era casi una sociedad privada donde nos dejaban hacer, era un lugar tan necesario y vital”, relata.

Cerca de allí, la sala Zulo de Lasarte-Oria fue otro lugar de bautismo en el mundo de la música para Natural Project. “Lasarte fue un punto de encuentro para ir desarrollándonos como grupo”, añade Elorza.

De cualquier modo, la regresión que proponen en este álbum es más emocional que estilística. “Las canciones y lo que rodea al disco es algo muy actual”, comenta. De sus orígenes recuerda que Natural Project comenzó siendo un conjunto “peculiar” que comenzó a trabajar la electrónica cuando apenas había tecnología para ello. Con una Atari y un DAT compusieron una serie de canciones oscuras con base tecno pero en las que ya asomaba algo de guitarra. La llegada de System Records fue la que les permitió llegar a un estudio y grabar un disco de catorce temas que jamás vio la luz debido a la quiebra de la discográfica. “Nos quedamos con un sabor agridulce, éramos muy jóvenes, teníamos unos 20 años”, cuenta Elorza que, tras esta experiencia, marchó a vivir a Gran Bretaña, aunque continuó manteniendo contacto con el resto de los músicos.

La “sinceridad” en sus composiciones es marca de la casa, al igual que lo es la propia música oscura. La existencia, el universo o el ser humano son elementos que los inspiran. La reflexión les lleva a periodos de calma, de recogimiento en el local de ensayo para probar nuevas melodías. Así, la creación adquiere tintes conceptuales. A veces, incluso, cuenta Elorza, una voz que le surge a él de determinada manera es suficiente para que el grupo se sumerja en la misma sintonía, haciendo que todos y cada uno resuenen en la misma frecuencia.

De un proyecto poco común para aquella época con un circuito difícil y tras algunos cambios en la formación y la incorporación de músicos como Aitor San Sebastián (batería), Natural Project fue fichado por GetIn, promotora con la que editaron el disco Décimas y que, además, les hizo el “regalo” de programarles junto con Depeche Mode, una de sus influencias en el dark wave.

Durante la pasada década, aunque hubo algunas variaciones en el conjunto, se estableció un núcleo formado por el propio Elorza, San Sebastián y Juan Pablo Valdecantos (sintetizadores). Fue en esa época en la que se lanzaron a la autoproducción y editaron trabajos como Discontinuidad (2011) y Esther (2017). Con la llegada de Beñat Ruiz a la guitarra, Elorza se pasó al bajo: “Me apetecía evolucionar y cambiar de instrumento para poder componer de otra forma y desde otro punto de vista”.

Segunda parte

Olabista representa la primera parte de un álbum que se concibió originalmente como un LP. No obstante, circunstancias familiares de varios de sus integrantes llevaron a grabar las cinco canciones que ya tenían terminadas. Aún y todo, esperan que para cuando acabe el año puedan lanzar los temas que les han quedado pendientes.