Más allá de los espacios a competición de la Berlinale, discurre en paralelo la llamada Semana de la Crítica, con una treintena de títulos procedentes todo el mundo, entre ellos Misión a Marte, de Amat Vallmajor del Pozo (Girona, 1996), cineasta formado en la Elias Querejeta Zine Eskola de Donostia.

Misión a Marte es una especie de road movie que parte de un País Vasco posapocalíptico, atravesado por nubes tóxicas, para ir a parar a Vergès, la población catalana donde creció Vallmajor y donde vive su madre, Mila del Pozo.

“Es una película en clave de apocalipsis doméstica, para echar unas risas y pensar un poco, pero no mucho”, explicó el director. El peso de su película recae sobre dos hermanos (Txomin y Gerardo del Pozo), los tíos del director.

Uno es arqueólogo, contratado para ir a hacer un peritaje a Marte, una misión para la que se busca de acompañante a su hermano, quien accede pese a su mal estado de salud.

Juntos parten de Eibar, en el País Vasco, hasta Vergès, lo que implica una larga conversación en que se alternan conocimientos de meteoritos con cuestiones domésticas, comentarios sobre la lucha contra ETA o curiosas teorías sobre el nazismo.

“No hay que tomarlo en serio. Hay cosas que suenan a conspiranoico, porque así son a veces las cosas que dicen mis tíos”, explica Vallmajor, que ejerce de panadero en el País Vasco, y que se tomó unos días para asistir en Berlín a la Semana de la Crítica.