The Fabelmans, la película más personal de Steven Spielberg en la que ha volcado sus recuerdos de infancia y juventud, se alzó ayer con dos Globos de Oro, premios que otorga la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood y que se consideran la antesala de los Óscars. Será el próximo día 24 cuando se conozcan los nominados para los reconocimientos que entrega la Academia estadounidense, pero antes, la historia sobre la infancia y juventud del conocido como Rey Midas de Hollywood ya se ha visto recompensada con los premios a Mejor película dramática y a Mejor director. 

En su discurso de agradecimiento, Spielberg, reputado cineasta detrás de obras maestras como ET, Tiburón, La lista de Schindler o Salvar al soldado Ryan, confesó haber estado escondiéndose de su pasado: “Me he estado escondiendo de esta historia desde que tenía 17 años. Puse muchas cosas en mi camino, aunque la conté en partes a lo largo de la carrera”. Para hacer justicia con su historia, se ha alineado con otros cineastas como Quentin Tarantino, Kenneth Branagh o Richard Linklater, que en los últimos años han decidido llevar a la gran pantalla su infancia y su acercamiento al cine como bálsamo para la existencia. “Todos me ven como una historia de éxito y todos me ven en función de cómo obtienen la información, pero nadie sabe realmente quiénes somos hasta que somos lo suficientemente valientes como para decirles a todos quiénes somos”, comentó este cineasta nacido en Ohio en 1946 pero que en su juventud vivió varias mudanzas familiares y también sufrió varios episodios de antisemitismo. 

Por su parte, Almas en pena de Inisherin, de Martin McDonagh, que venía de obtener buenos resultados en festivales como Venecia o Toronto, logró tres estatuillas de las ocho a las que optaba, incluyendo la de Mejor película de comedia o musical.

Los Globos de Oro de la diversidad

La ceremonia que se ha celebrado en la madrugada de este miércoles en Los Ángeles destacó por ser un canto a la diversidad y a la integración racial, después de varios años en los que la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood fue criticada por sus políticas racistas y por sus escándalos por corrupción.

El palmarés resultante fue un buen ejemplo del nuevo rumbo de los Globos de Oro. El cineasta mexicano Guillermo del Toro fue reconocido por su largometraje Pinocho, en la categoría de Mejor película de animación.

La intérprete malaya Michelle Yeoh fue galardonada con el premio a Mejor actriz de comedia o musical por su actuación en la inclasificable Todo a la vez en todas partes. Su contraparte masculina en dicho largometraje, el vietnamita Jonathan Ke Quan, logró la estatuilla a mejor actor de reparto, algo reseñable, habida cuenta de que se ha mantenido bastante ajeno al cine desde sus papeles infantiles a las órdenes de Spielberg, primero como Tapón en Indiana Jones y el tiempo maldito (1984) y, después como Data en Los Goonies (1985).

La denuncia a los crímenes de la dictadura de Santiago Mitré en Argentina, 1985 le valieron el Globo de Oro a Mejor película extranjera, en una ceremonia que no olvidó a las series de televisión premiando, entre otros, al fenómeno de la temporada, la crítica a las clases altas llamada White Lotus, así como a la comedia en pro de la integración y la enseñanza pública Abbott Elementary. La precuela de Juego de Tronos, La Casa del Dragón tampoco se fue de vacío al lograr el Globo de Oro a Mejor serie dramática.