20 millones de euros. Esas fueron las pérdidas que las salas de cine de Euskadi acumularon durante 2020 y 2021, es decir, durante los dos años que duró la pandemia y que en el sector de la exhibición se vivió como meses de clausuras, aforos reducidos e imposibilidad para consumir dentro de los recintos. La Asociación de Salas de Cine de Euskadi (EZAE) ha dado a conocer este miércoles las cifras sobre la evolución de la recaudación y del público en la CAV durante estos tres últimos años, poniendo el énfasis en la crítica situación derivada de los ejercicios de 2020 y 2021. En este sentido, mediante un comunicado, la asociación explicó que aunque se ha registrado un incremento que “hace pensar en el inicio de una lenta recuperación”, los números siguen lejos de 2019. Tal y como adelantó NOTICIAS DE GIPUZKOA, los cines del territorio perdieron el año pasado un 40% de público y un 37% de recaudación con respecto al último año previo a la pandemia. De cualquier modo, Gipuzkoa es el territorio de Euskadi que menos ha perdido en comparación con Araba –el descenso del público ha sido de un 47% y el de los ingresos, de un 44% y Bizkaia –43% menos de espectadores y 40% de recaudación–. En total, en estos tres años la pérdida total acumulada de espectadores en la CAV ha sido de ocho millones.

Entre los aspectos que invitan a la esperanza se encuentra la perspectiva de crecimiento que las salas han vivido de un año para otro. El 2021 fue un año en el que las limitaciones de aforo se mantuvieron hasta el mes de octubre, mes en el que se fijaron en el 100%, si bien es cierto que se siguió sin permitir el consumo de bebida y comida hasta cuatro meses después. En 2022, en comparación con el ejercicio anterior, las salas de Euskadi constataron un incremento de un 44% de en la taquilla y un 36% en el público, datos que “hacen pensar en el inicio de una lenta recuperación”, aunque desde el sector insisten en que “se necesitará de apoyos sostenidos”.

Ventana de exhibición de 100 días

Desde la Asociación de Salas de Cine de Euskadi consideran “urgente y necesaria” la reordenación del sector de la exhibición. Para ello, demandan la implantación de “una ventana exclusiva” de 100 días para todos los estrenos de cartelera. Es decir, que entre la proyección en cines y su aparición en formato doméstico o en plataformas de streaming pasen tres meses y medio. Hasta que la Ley del Cine se derogó en 2015, recordaron desde la EZAE, esta “ventana” era de 90 días para todas aquellas películas que hubiesen recibido ayudas públicas. 

La de fijar un tiempo entre la proyección en sala y el formato doméstico o la plataforma es una medida habitual en el contexto europeo. Por ejemplo, la administración francesa establece que deben pasar 15 meses desde la proyección en salas hasta el lanzamiento en plataformas. En el caso de Italia, como medida para ayudar a los cines, se ha aprobado una ventana de 90 días para cualquier película, independientemente de su nacionalidad.

La situación, según exponen, es “especialmente dura” en Euskadi, dado que durante los dos años de pandemia las salas vascas acumularon pérdidas de 20 millones de euros en sus cuentas de resultados que, pese a la mejora de las cifras en 2022, “siguen lastrando gravemente” el sector de la exhibición.