No es la primera vez que la artista argentina Cecilia Bengolea (Buenos Aires, 1979) interviene en el Guggenheim. Inspirándose en las descripciones de El libro de los seres imaginarios (1957), de Jorge Luis Borges, en Bestiario la artista escaneó su cuerpo mientras evolucionaba hasta convertirse en un conjunto de criaturas fantásticas. La pieza pertenecía a una serie de obras aún en proceso con las que Bengolea explora la cultura del dancehall en la isla de Jamaica.

Hoy vuelve al Guggenheim con una nueva acción artística, una performance titulada Danza de las materialidades mutantes, creada por la artista, en la que participarán más de 500 amigos del museo. “En el año de celebración del 25 Aniversario, el Guggenheim vuelve a invitar a su colectivo de amigos a participar en una acción artística colectiva como ya lo hizo en aniversarios anteriores con los artistas Maider López, Juan Pérez Agirregoikoa y Esther Ferrer. El Museo quiere agradecer así al colectivo de Amigos, formado por más de 22.000 personas, su apoyo incondicional a lo largo de los años”, explicaron desde el museo.

Esta acción artística, concebida específicamente para el atrio del edificio de Gehry, evoca la memoria del edificio, sus orígenes y su futuro a través de una danza colectiva guiada por Bengolea, cuatro bailarines y un DJ; y de una videoinstalación que muestra avatares digitales interviniendo en la arquitectura del museo y en algunas obras de arte.

El atrio deviene así en una singular pista de baile donde Bengolea, los bailarines y los amigos danzarán al compás del dancehall, un ritmo jamaicano de raíces africanas y caribeñas. Una vez finalizada la acción, los participantes podrán visitar libremente las salas del Museo mientras en el atrio tiene lugar la actuación del dj Pappy.

Según explicaron desde el museo, Cecilia Bengolea, artista de prestigio internacional afincada en París, ha utilizado material de archivo de la construcción del edificio además de grabaciones de la arquitectura y de sus materiales como fondo de los vídeos que se proyectarán durante la performance. En su estudio, la artista y los bailarines han escaneado sus cuerpos y los han renderizado hasta convertirlos en avatares. Además de estas imágenes previamente grabadas, un dispositivo registrará en directo la danza colectiva de los amigos que se convertirán asimismo en avatares digitales en el transcurso del baile.