El Museo San Telmo cumplirá mañana miércoles 120 años. En este tiempo se ha convertido en un centro “relevante” para Euskadi, con importantes exposiciones temporales y con una notable muestra permanente. Así lo piensan los responsables institucionales que se han reunido este martes con los trabajadores del centro y con los asociados de la institución –cuenta con más de 1.500– para brindar por un museo que más que mirar al pasado, mira “al presente y al futuro”, tal y como ha afirmado el alcalde de Donostia, Eneko Goia, en una ceremonia que ha tenido lugar en la iglesia de este antiguo convento, al cobijo de los murales de Sert. Además de brindar con champagne, Los asistentes al acto se han llevado a casa “una pequeña parte” de San Telmo, una vela conmemorativa como metáfora de la colección de argizaiolas que tan bien representan los fondos de un espacio que durante más de un siglo ha sabido adaptarse a cada situación y que aún hoy sigue alumbrando con la llama del conocimiento. 

La actriz Izaskun Mujika ha sido la encargada de repasar los 120 años de historia del museo más antiguo de Euskadi. Así, ha comenzado su narración con una mirada a principios del siglo XX, cuando la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País pidió al Ayuntamiento de Donostia la creación de un museo municipal. Así lo hizo en 1902: el 5 de octubre, a las 15.00 horas, en la confluencia de las calles Andia y Garibai se inauguró el Museo Histórico Artístico y Arqueológico, que nueve años después daría un salto a la calle Urdaneta, antes de su implantación en 1932 en su actual ubicación, el convento dominico situado en la plaza Zuloaga. Su último gran cambio llegó con la reforma de la década pasada –en 2011 vivió la cuarta reinauguración de su historia– y en este tiempo ha sido visitado por 1,3 millones de personas, ha organizado 91 exposiciones y más de 2.000 actividades de otro tipo.

“El Museo de San Telmo es la consciencia de Donostia”, ha asegurado el primer edil, que ha añadido que, de hecho, es la “memoria colectiva” de la ciudad, “su subconsciente, que recoge los datos más íntimos y relevantes de nuestra identidad”. “Atesora lo que somos y aventura, probablemente, lo que podremos ser”, ha dicho el regidor que ha instado a los ciudadanos a que evoquen su primer recuerdo de este espacio expositivo.

Por supuesto, que ostente el decanato de los centros museísticos de Euskadi también implica “cierta responsabilidad”. “En estos 120 años de andadura, San Telmo nunca ha dejado de ser un museo de la ciudad, un museo municipal, un museo donostiarra”, ha explicado Goia, que ha descrito el lugar como un “refugio para el conocimiento, el arte y la cultura”.

San Telmo, un museo antiguo, pero no viejo

La directora del museo, Susana Soto, ha querido remarcar la diferencia entre antiguo y viejo. En este sentido, sí, San Telmo ha cumplido 120 años y es el museo más antiguo de Euskadi, no obstante, eso no significa que San Telmo sea “viejo”. Precisamente, su capacidad adaptativa a cada periodo y su conexión con la actualidad es lo que ha impedido que San Telmo se convierta en un mausoleo. “Lo que tenemos que valorar es que se haya convertido en un museo abierto, dinámico, atento a lo que pasa a su alrededor y que tiene una clara vocación de servicio a nuestra sociedad”, ha sentenciado la directora.