- La obra sinfónica Gernika 85, en recuerdo del bombardeo de esa localidad en 1937, combina partes “muy ruidosas, excéntricas y locas” y otras “de silencio y minimalistas”, junto a testimonios de supervivientes de aquel ataque contra la población civil.

“Se trata de que la memoria de aquel hecho histórico atroz “no se diluya”, explicó ayer sobre su obra el joven compositor contemporáneo Aitor Etxebarria en la presentación del estreno que tendrá lugar el 30 de junio en el Palacio Euskalduna de Bilbao.

Etxebarria quiso dedicar su creación a un amigo de Kiev, con quien ha coincidido en eventos musicales internacional y tienen carreras paralelas, y por quien sufre ahora “mucho miedo cuando no contesta” a sus mensajes porque no pudo salir de su país y está allí sufriendo la invasión rusa.

“Yo llevaba muchos años creando esta obra” sobre Gernika y “de repente, una persona con la que yo he estado tanto en contacto y con la que me he movido en el mismo mundo, está sufriendo” bombardeos en Ucrania, cómo los que él trataba de reflejar con su música.

Etxebarria ha querido integrar como un instrumento más en la partitura de su obra sinfónica los vídeos con testimonios de personas que sobrevivieron a aquel ataque aéreo indiscriminado el 26 de abril de 1937 y que relatan cómo lo vivieron, que fueron recogidos por el instituto Gogora y que se exponen en el Museo de la Paz de Gernika. “La música es un instrumento muy potente para que la memoria no muera”, reivindicó, así como reconoció tener “muchísimas ganas” de que llegue el estreno.

Gernika 85 será interpretada por la Orquesta Sinfónica de Bilbao y la coral Gaudeamus de Gernika junto a la percusionista solista internacional Evelyn Glennie, ganadora de dos premios Grammy, además del propio Etxebarria al piano e instrumentos electrónicos. La obra constituye la segunda colaboración entre Evelyn Glennie y Aitor Etxebarria tras firmar la banda sonora de una película documental en 2017.