El fotógrafo Gervasio Sánchez no solo es un reportero de guerra, es "un artista de la imagen". Desde 1991, el cordobés ha recorrido guerras de todo el mundo, desde los Balcanes hasta Afganistán, pasando por Camboya y Nicaragua, capturando "el triunfo de la vida sobre la tragedia y la muerte". Siempre se ha interesado por las ciudades y las personas, yendo más allá del conflicto, con imágenes que, por primera vez, se encuentran en una exposición, la del Museo San Telmo de Donostia, sin que formen parte de una colección concreta.

Bajo el título VIDA, el comisario Gerardo Mosquera ha reunido 41 fotografías de Gervasio Sánchez "de insospechada actualidad" a causa de la guerra en Ucrania. "Gervasio es un cronista de la vida por encima de las situaciones extremas", ha apuntado esta mañana en la inauguración de una muestra organizada con motivo del Simposio Internacional de Victimología que se celebrará en junio en la capital guipuzcoana, y en la que ha colaborado el Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia.

Entre 1991 y 2015, el fotógrafo ha recorrido diferentes guerras en todo el mundo buscando capturar "el triunfo de la vida sobre la tragedia y la muerte". "En el disparo de su cámara hay denuncia y también poesía", ha señalado Mosquera, alabando "la estética y la fuerza" de buena parte las imágenes seleccionadas.

En este casi cuarto de siglo, Sánchez se ha interesado especialmente por las ciudades y las personas atrapadas en el conflicto, poniendo la lente en aquellas víctimas que han perdido un miembro del cuerpo, en los refugiados que huyen o en las familias y los niños que tratan de mantener una cotidianidad en medio de edificios y calles demolidas. Así, en la exposición es posible ver una niña paseando en bicicleta por una Sarajevo en ruinas, un menor sin piernas jugando al fútbol en Afganistán, una madre con una prótesis que acaba de dar a luz a su quinta hija en Liberia o un niño refugiado que sonríe en medio de una evacuación en Kosovo y que ejemplifica esa luz en medio de la oscuridad de la guerra.

La mayoría de estas imágenes son en blanco y negro, ya que Sánchez "es capaz de encontrar el poder visual" en situaciones que no son nada sencillas. "Esta exposición significa vida y cómo la vida supera a la guerra", ha añadido la directora del museo, Susana Soto.

Insospechada actualidad

Aunque la exposición debía haber llegado a Donostia hace dos años, la pandemia ha ido postergándola hasta ahora, lo hace en un momento en el que tiene "una insospechada actualidad" a causa de la guerra en Ucrania. "Es una exposición que habla del pasado, pero, por desgracia, habla también del presente", ha señalado Mosquera, ya que muchas de las fotografías expuestas serían similares a las que se podrían sacar en estos momentos en varias ciudades ucranianas.

Por ello, VIDA debe servir también como un recordatorio de lo que está ocurriendo y, sobre todo, "de las familias que buscan la esperanza en el caos". No obstante, la muestra no teme en mostrar la cruda realidad de la guerra, como, por ejemplo, a la de niños soldados en Mozambique o a los muertos que quedaron en muchas urbes asediadas de los Balcanes.

Todas estas fotografías, así como algunas más, se han incluido en un libro que será puesto a la venta. La exposición, por su parte, permanecerá abierta hasta el próximo 12 de junio en el Laboratorio del Museo San Telmo con entrada gratuita.