Al cineasta británico Sam Walker no le ha parecido mejor idea para hablar del peso que las redes sociales tienen en nuestra forma de ser que hacerlo a través de un armadillo extraterrestre. “Internet es un alien que se mete en nuestras vidas”, ha llegado a afirmaren la presentación de su ansiado, durante 16 años, salto al largometraje, The Seed.

Al igual que ya ocurriese ayer con otro de sus habituales, Damian Mc Carthy, la 32ª edición de la Semana de Terror de Donostia cuenta con la ópera prima de un cineasta que ha pasado por el festival con varios de sus pequeños trabajos. Lejos queda ya, concretamente 20 años, el primerode Walker, Duck children, premiado en la capital guipuzcoana, por lo que iba siendo hora de que llegase su deseada película. “Pienso que existe todavía una cultura muy conservadora que hace que sea muy difícil conseguir financiación para una película así. Estoy encantado de no haber tirado la toalla en estos 16 años que que ha costado sacarla adelante”, ha explicado sobre The seed, que se puede ver hoy en el Teatro Principal en un primer pase y repetirá mañana en el Victoria Eugenia.

En estas casi dos décadas, Internet, y, sobre todo, las redes sociales han cambiado mucho, lo que ha puesto de relieve todavía más el transfondo de su premisa. “Vivimos en una paranoia. Pensamos que Internet iba a ser algo inócuo cuando salió, pero ha cogido muchísimo poder. Nos está cambiando nuestra forma de ser. Puede ser algo terrible, como un monstruo”, ha indicado el británico, que, esa idea, la del monstruo, la ha tomado al pie de la letra.

En la película, esta analogía se da con una especie de armadillo que cae desde el cielo en la piscina de una finca situada en el desierto de Mojave en la que tres chicas jóvenes esperan pasar un fin de semana de diversión y fotos para Instagram. Por si eso fuera poco, las protagonistas empiezan a ser atraídas por el extraño ser hasta la copulación. “Los inventores de Internet pensaron que la información podría, por fin, llegar a todo el mundo, pero, como pasa con el alien en la película, es algo que ha acabado por degenerar en algoritmos y elecciones manipuladas”, obervó Walker.

Cómo crear un alien

Como ferviente fan de Alien, el octavo pasajero, el director tuvo claro desde el primer momento que el armadillo alienígena debía ser real. “Quería que fuera bueno, pero también barato. Me parecía importante que fuese creíble como animal”, ha explicado, al tiempo que ha contado cómo investigó, curiosamente, en Internet bestias curiosas, como una mezcla de cerdo y de perro, o diferentes especies marítimas llegadas del mar.

Finalmente, la elección fue una combinación de armadillo y oso panda, al que le habría gustado añadir más pelo. “No quería efectos especiales porque sobreviven peor en el tiempo”, ha comentado, poniendo como ejemplo el Gollum de El señor de los anillos.

Para las tres protagonistas, y prácticamente únicas intérpretes que no son muñecos, del filme, el covid trastocó el proceso de selección que a punto estuvo de ser vía Zoom. “Si he aprendido una lección de mi primer filme es lo importante que es tener un buen casting”, ha asegurado, orgulloso de las tres intérpretes seleccionadas -Chelsea Edge, Lucy Martin y Sophie Vavasseur- y, a buen seguro, confiando en que la segunda lección no vuelva a tardar otros 16 años.