l cine de terror se ha llevado históricamente muy bien con los juguetes. Ya fuese porque cobrasen vida y decidiesen cargarse a todo el mundo o porque resultasen ser la pieza clave para poner fin a una trama llena de sangre, estos objetos han sido una constante habitual del género. El irlandés Damian Mc Carthy ha echado mano a uno de ellos, un antiguo conejo tamborilero, para su debut en el largometraje, Caveat, una historia ambientada en una vieja casa en una isla remota.

"Siempre me han interesado los juguetes y los objetos y hacer que estos cobrasen vida", explicó ayer en la presentación en Donostia de su filme el director, que ha contado con chismes de este tipo en varios de sus anteriores cortometrajes, algunos de ellos vistos en anteriores ediciones de la Semana de Terror donostiarra.

En este caso, el elegido ha sido un antiguo conejo que toca el tambor, mediante el cual se comunica una muerta con una mujer con graves problemas psicológicos a la que debe cuidar un hombre solitario que sufre de pérdida de memoria. "Como siempre he tenido poco dinero para hacer mis trabajos, me he centrado en los actores, los decorados, el sonido y la música más que en los efectos especiales. Quería hacer una película perturbadora", explicó Mc Carthy.

El propio cineasta es consciente de que las primeras películas nunca salen como uno lo espera. "Ha sido un proyecto surgido de la escuela", aseguró, adelantando que ya está inmerso en un segundo filme con un enfoque diferente y "que dará más miedo". "No hay nada original en Caveat", confesó sobre una película que cuenta con personajes psicológicamente perturbados, una casa aislada, muchos silencios y un juguete tenebroso. Ingredientes selectos para el público de la Semana.

El debut de Mc Carthy se estrenó el pasado año en diferentes festivales del globo, pero el coronavirus ha limitado su expansión y su estreno comercial en la mayoría de los países. "Creo que la película ha funcionado en los lugares donde se ha visto", aseguró.

"Me gusta jugar con las expectativas de los fans", añadió sobre un filme que bebe claramente de las viejas historias de fantasmas. De hecho, la ambientación y el tono de la producción es tal, que podría pasar por un relato victoriano de Edgar Allan Poe.

La cinta de Mc Carthy es solo una de las óperas primas programadas por la Semana de Terror este año. Otro viejo conocido como es Sam Walker presentará mañana The Seed, a los que hay que sumar las ya vistas Censor, de Prano Bailey-Bon (proyectada también ayer), y Más allá de los dos minutos infinitos, del japonés Junta Yamaguchi.

Aunque el máximo responsable del festival, Josemi Beltrán, ha asegurado en más de una ocasión que el objetivo de la Semana no debe ser buscar nuevos realizadores, la apuesta por los cortometrajes -ayer se pudieron ver los internacionales en el Teatro Victoria Eugenia y hoy será el turno de los de animación- permiten crear sinergias con directores como Mc Carthy que luego están encantados de regresar a Donostia.

De este modo, a partir de las 22.30 horas, los espectadores del Teatro Principal tendrán una nueva cita con el director irlandés y con cierto conejo tamborilero en una jornada en la que también se podrá ver el clásico de Antonio Mercero, La cabina; la propuesta de animación Cryptozoo; y la última travesura de otros colegas del festival, Alexandre Bustillo y Julien Maury, que presentarán The deep house.

TEATRO PRINCIPAL

16.30 horas. Cryptozoo, de Dash Shaw.

19.30 horas. The deep house, de Alexandre Bustillo y Julien Maury.

22.30 horas. La cabina, de Antonio Mercero; y Caveat, de Damian Mc Carthy.

TEATRO VICTORIA EUGENIA

20.00 horas. Maratón de cortos de animación. Subtítulos en euskera.

TABAKALERA

19.00 horas. Universo Lem: Cortometrajes.