s lamentable el comportamiento profesional de la mayoría de los periodistas dándole patadas al diccionario, mal utilizando giros y expresiones e inventando palabras que no se sabe significado ni valor comunicativo. Unos más y otros menos, la turba periodística hace de su capa un sayo y hablan sin ton ni son, saliendo del paso de la improvisación apresurada y zurciendo con premura el minuto y medio de información a pie de cámara, o en conexión radiofónica. Esta mala práctica no es propia de becarios o ignorantes aspirantes al oficio periodístico. Figuras señeras de la tele se empeñan en provocar pequeños destrozos a la común lengua. Caso reciente es el de Cristina Pardo que en su viaje al centro informativo de La Palma se quedó trabada en los calificativos empleados para describir el dantesco escenario de fuego y desolación. El adjetivo de bestial, asomó una y otra vez en la conexión con los estudios centrales de La sexta, y dale bestial y no se apeaba de bestial, bestial, bestial. Y uno se preguntaba que es un escenario bestial, una lava bestial, un panorama bestial. Sin ánimo de arrepentimiento o modificación, la periodista revoltosa empobrecía su intervención, ahogándose en el apuro mediático. La improvisación periodística es ejercicio que solamente algunos dominan con acierto y habilidad señera. La mayoría zozobramos en la pelea por hilvanar un discurso con sentido, cargado de información y presentado con facilidad. Los jóvenes aspirantes de las redacciones televisivas de informativos se pelean con la lengua y sus condiciones para ser eficaces en su trabajo de contar historias, hablando. Muchas veces se acusa a los medios de empobrecer la lengua, creando estereotipos y vocabularios malsanos y asumidos por las audiencias millonarias, que repiten e integran en su uso popular. La lengua es un instrumento social para ayudar a la comunicación, no para entorpecerla o mixtificarla insensatamente. Patadas a la lengua, las menos posibles. Mejorar su uso, cada día un poco. Se trata de entendernos entre nosotros, no de confundir, por ejemplo prototipo con tipo.