La draga Jaizkibel busca una tercera vida. Tras prestar servicio durante 56 años al Puerto de Pasaia y ser restaurada entre 2010 y 2012, la Diputación de Gipuzkoa ha puesto en marcha un estudio sobre su estado actual con el objetivo de volver a recuperarla, cambiarla de localización y gestionar visitas a su interior. La Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (Avpiop) ya trabaja en el análisis de este navío, declarado Bien Cultural del País Vasco en 1992 y primera embarcación del Estado recogida en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial.

Los días de la draga Jaizkibel en la bahía de Pasaia podrían estar contados. Construida en los Astilleros Euskalduna de Bilbao en 1933, la embarcación se encargó de los trabajos de dragado de la bahía hasta 1989. Desde hace casi diez años, cuando finalizaron en 2012 los trabajos de restauración, ha permanecido “abandonada” en el astillero Ondartxo, junto a Albaola Itsas Kultur Faktoria. Una situación que, ahora, podría estar a punto de cambiar.

Tal y como se recoge en la contestación por escrito del Departamento de Cultura a una solicitud de EH Bildu del pasado 17 de junio en relación al estado actual de la embarcación, el ente foral ha encargado a Avpiop un análisis y una propuesta de actuación para la puesta en valor de la draga. Algo que la asociación llevaba años reclamando.

“La restauración parcial que se llevó a cabo entre 2010 y 2012 se ha perdido. Con las condiciones ambientales y la salinidad del astillero Ondartxo, la embarcación ha sufrido mucho y ha vuelto a quedar mal. Es como si nunca se hubiera restaurado”, cuenta Javier Puertas, presidente de la asociación, en referencia a unos trabajos que se realizaron durante dos años y tuvieron un coste de 640.000 euros (400.000 euros aportados por la Autoridad Portuaria, de cuyo mantenimiento es la responsable; 100.000 euros del Gobierno Vasco; y 140.000 euros de la Diputación).

Desde entonces, la única actuación reseñable que se ha dado en ella ha sido la de asegurar el carro en el que reposa, garantizando su inmovilización. Nada más a pesar de contar a escasos metros con una fábrica de la recuperación del patrimonio marítimo vasco como es Albaola Itsas Kultur Faktoria. “Ha sido la primera embarcación de todo el Estado y el único patrimonio junto a los Altos Hornos de Bizkaia de toda Euskadi en ser recogida en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial pero, al no contar con un proyecto de puesta en marcha, las partidas económicas que se habilitaron para ella se habrían recibido”, explican desde Avpiop.

Parece que la Diputación quiere, por fin, dejar de “seguir perdiendo dinero” y se ha puesto manos a la obra con “un elemento de nuestra historia que no puede seguir estando abandonado”. “Llevamos años insistiendo a la Autoridad Portuaria, a la Diputación y al Gobierno Vasco que era necesario hacer algo”, apunta Puertas. La asociación ya trabaja en el primer paso de esa actuación desde principios del verano con un análisis detallado de los cascos, la cubierta y la maquinaria flotante del navío y redactando el presupuesto que costaría su reparación. Y, casi lo más importante, plantear una propuesta de actuación para su puesta en valor.

Con el objetivo de que una hipotética restauración no vuelva a quedarse en agua de borrajas, la Asociación de Patrimonio Industrial tiene en mente convertir la draga en una especie de barco-museo en el que gestionar visitas.

Asimismo, dadas las condiciones medioambientales de la bahía pasaitarra, es posible que se trate de dar con una nueva localización en la que la draga Jaizkibel no sufra tantos desperfectos. “No es el mejor sitio para ella”, apuntan desde la asociación.

La embarcación Jaizkibel es una draga modelo rosario de 60 metros de eslora y casi el único vestigio del patrimonio marítimo industrial de Euskadi de comienzos del siglo XX. La embarcación se encargó de excavar el fondo de la bahía de Pasaia durante nada más y nada menos que 56 años hasta que finalmente fue retirada.

En 1992 fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento por la Junta de Patrimonio del Gobierno Vasco, a propuesta del entonces conocido como Untzi Museoa de Donostia -ahora Euskal Itsas Museoa-, que evitó su subasta y desguace, primera intención de la Junta del Puerto -antecesora de la Autoridad Portuaria actual-.

Aunque el acuerdo entre las tres instituciones se alcanzó antes, no fue hasta 2010 cuando comenzaron los trabajos de restauración. Así, el 7 de junio de 2012 fue presentada la nueva versión de la draga con la intención de recibir visitantes, algo que se quedó de lado al poco tiempo.

Ahora, la draga Jaizkibel parece contar con una nueva oportunidad para no desaparecer y mostrar una industria marítima vasca de la que ya quedan pocos vestigios.