Icíar Bollaín ha presentado hoy en Donostia 'Maixabel', su largometraje número once, en el que se atreve a profundizar en los encuentros restaurativos, una realidad poco conocida fuera de Euskadi, de la que Maixabel Lasa es ejemplo y referente de una nueva actitud para la convivencia.

La película se ha presentado hoy a concurso en la Sección Oficial del Zinemaldia, donde compite por cuarta vez para ganar la Concha de Oro.

Sin ser un "biopic", la cinta es muy rigurosa con los hechos; Isa Campo (habitual colaboradora de Isaki Lacuesta) ha llevado la mayor parte del peso del guion y los diálogos, ha explicado Bollaín, aunque las dos hicieron entrevistas: "Con Maixabel Lasa, con su hija María, con víctimas, con mediadores, con amigos que fueron a los encuentros, con otros que no..."

"Hemos intentado hacer el puzzle desde muchos lugares", también con lecturas, artículos de prensa, documentales y vídeos reales que ilustran y apoyan la cinta, protagonizada por Blanca Portillo, como Maixabel, y Luis Tosar, en el papel del etarra Ibon Etxezarreta.

La viuda de Juan Mari Jáuregui, asesinado por ETA en el año 2000, es protagonista, pero también lo son los etarras arrepentidos que, en 2011, quisieron pedir perdón a sus víctimas en los encuentros restaurativos que se llevaron a cabo en Nanclares de Oca.

"Esos encuentros que se muestran en 'Maixabel' ayudan a ver toda esa parte de ETA que desconocemos, así como a la disidencia de ETA, que conocemos aún menos, porque obviamente -dice Bollaín-, la izquierda abertzale no lo divulga, ni la gente cercana a ETA, tampoco, y ellos, sinceramente, no tienen mucha voz".

La política de arrepentimiento

En su opinión, la cinta "no solo toca el perdón, sino la posibilidad de redención, de arrepentimiento, pero también de comunicación, de entendimiento. Y es universal. Se refiere, por supuesto, a ETA y a sus víctimas, pero la justicia restaurativa se aplica en casos de violencia extrema, también en delitos comunes".

"Y hay una búsqueda de la verdad por parte de Maixabel, ella quiere saber por qué, si conocían a Juan Mari, por qué él y no otro, y esa búsqueda -señala- también me parece potente, es un motor, su motor".

La directora de 'También la lluvia', con la que ganó tres Goyas, va un poco más allá: "Entiendo que hay ahora como una eclosión de películas sobre el tema vasco, pero es que teníamos que hacerlas, y tenemos que hacer más".

"Han sido cinco décadas de espanto y hay muchísimo que contar; es cierto que ayuda ese poquito de distancia y que hace diez años que ETA no mata. Pero el mundo de ellos no está sabido, en realidad -reflexiona- el de las victimas, tampoco".