- Es probable que el actual equipo del Zinemaldia no se haya enfrentado en un mismo año a más polémicas que las de esta edición. El festival donostiarra arranca mañana con un Premio Donostia a Johnny Depp que no ha gustado a todo el mundo, sin géneros en los galardones interpretativos que tampoco ha sido del todo bien visto y con una alianza con Movistar que ha enfadado a las salas de cine. Todo ello, además, en plena pandemia.

Da la sensación de que hay menos miedo al covid este año.

-Va a haber el número de espectadores que se puede dar por el aforo. Creo que la gente está más relajada gracias a las vacunas y nos da una tranquilidad que el pasado año no teníamos. Tenemos que estar más tranquilos, pero tenemos que estar en guardia. El covid sigue ahí y hay gente que sigue muriendo, pero es verdad que la presión no es la misma. El año pasado vivimos muchos momentos de tensión en lo que creo que ha sido la peor situación de mi vida profesional.

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¿Un Zinemaldia al 35% habría sido factible?-No. Hemos estado en contacto todo este tiempo con el Gobierno Vasco y ellos veían factible que podíamos estar con un 50%, porque si hubiéramos ido a un 35% no se podría haber hecho el festival. Habría sido un caos absoluto.

La reunión del LABI de mañana podría incrementar el aforo para los últimos días del festival.

-Ojalá así lo decidan porque los cines lo necesitan. Las medidas sanitarias tendrán que ser las que tengan que ser, pero espero que haya una sensibilidad especial hacia las salas porque necesitan de octubre, noviembre y diciembre al ser una buena temporada con muchas películas. A nosotros no nos afecta porque necesitamos tres semanas para programar todas las salas. Sería ya inviable. Sí podremos aprovechar si son más fáciles las reuniones en los bares y restaurantes, si en vez de ocho personas pueden ser diez... Son mejoras que se notarán en la vida del festival.

¿Qué opinión tiene de las decisiones del LABI con los aforos en los cines los últimos meses?

-No soy un experto en medidas sanitarias ni me corresponde hacer valoraciones. Creo que tiene que haber sido muy difícil para las autoridades tomar decisiones cuando tienes la economía de un país tensándose y a la vez gente muriendo en los hospitales. Dicho eso, es verdad que el 35% es una medida que ha hecho mucho daño a los cines. Agosto iba a ser un mes bueno con buenas películas que podían iniciar la recuperación después de la pandemia y no ha sido así.

El Zinemaldia arranca mañana de manera espectacular: la película de Zhang Yimou, el corto de Carlos Saura y el Premio Donostia a Marion Cotillard. Casi nada.

-(Risas) Todos los festivales intentamos empezar fuerte, porque la primera impresión siempre marca. Tenemos una película muy potente como la de Zhan Yimou, tenemos a Cotillard y tenemos a Saura, que para mí no es solo poner un corto suyo, sino que es un pequeño homenaje a uno de los grandes directores del cine español. Empezamos muy arriba pero casi al final nos visitará Jessica Chastain, por ejemplo, o, a mediados de semana, Javier Bardem.

Tengo entendido que la película de Zhang Yimou fue anunciada en la Berlinale pero se retiró y no se sabía nada de ella hasta ahora.

-Sí, iba a estar hace dos años en Berlín pero se adujeron razones técnicas para que a última hora se levantara de la programación. Tiene pinta de que, en realidad, eran problemas con las autoridades chinas.

La presencia de Cotillard, ¿cómo se ha gestado?

-Llevamos años queriendo que venga porque nos parece una de las grandes. Es de esa raza de actrices que, como Penélope Cruz, nos sorprende que siendo tan jóvenes tengan la carrera y la madurez que tienen a la hora de interpretar. Hasta ahora no podíamos haber cuadrado fechas con ella y este año tenía el documental que está promocionando por todo el mundo, por lo que le propusimos a sus distribuidores la posibilidad de venir con él y poder darle el premio.

Sobre el otro premio Donostia, Johnny Depp, no sé si ya se ha recuperado de todo el revuelo.

-Sabíamos que iba a ser polémico porque estábamos leyendo las cosas que se decían de él. No quiero hablar mucho de este tema porque no quiero que eclipse por qué le damos el premio y porque no quiero que eclipse a otras actividades del festival. No puede ser que una polémica rellene más hojas que el resto de cosas. Nosotros solo queremos decir al respecto lo que ya hemos dicho: Johnny Depp no ha sido detenido ni acusado en sede judicial ni condenado por maltrato. Las acusaciones de conductas delictivas las tienen que dirimir los jueces y yo no soy juez. Solo soy una persona a la que le gusta el cine, trabaja con el cine y de las que creen que Johnny Depp es uno de los grandes actores actuales y un icono del siglo XX.

¿Hay miedo de que pueda ser mal recibido?

-Es muy curioso, porque hay mucha más gente a favor que en contra. En el fin de semana de mayor impacto de la noticia había un 75% a favor suyo en redes sociales y un 25% en contra. Lo que pasa es que lo que más se ve es el titular agresivo. ¿Que puede haber personas que se manifiesten? Puede pasar y, además, me parece bien. Yo no estoy en contra del derecho de manifestación. Lo que no entiendo es que alguien me diga que Johnny Depp está condenado por maltrato, porque es mentira.

Acude sin película a Donostia. En otras circunstancias, ¿el festival podría haberle traído así?

-Sí, perfectamente. Él ya estuvo el pasado año y conocemos mucho a su agente. Fue una persona muy amable y, aunque normalmente esperamos dos o tres años para dar un premio a una persona que acaba de estar, nos dimos cuenta de que hay tal cantidad de fans suyos que querían venir y no pudieron hacerlo que quisimos volver a traerlo en condiciones sanitarias mucho mejores.

Siguiendo con las polémicas, otra es la de la eliminación de los géneros en el premio de interpretación. Esta sí que les pilló más de sorpresa, ¿no?

-Si la de Johnny Depp la intuíamos por todo lo que leíamos sobre él, al encontrarnos, afortunadamente, en un momento en el que estamos teniendo consciencia sobre el papel de la mujer, esta no nos la esperábamos. No creo que haya tantas personas en contra de que se hiciera sino más bien muchas personas que creen que es demasiado pronto. El argumento de muchas compañeras de la asociación CIMA, por ejemplo, es que, aunque se trata de una decisión más igualitaria, en estos momentos, con más papeles para hombres, no es la correcta. Yo lo entiendo, pero, aún teniéndolo sobre la mesa, creo que era importante dar el paso. Vamos a ver si en los próximos años esto supone que haya menos mujeres o no. En el caso de que el efecto sea negativo, por supuesto que la decisión se puede cambiar.

Tanto esta polémica, como la de Johnny Depp, se hablará en un encuentro con (H)emen, la asociación de mujeres del sector audiovisual en Euskadi.

-Con (H)emen trabajamos habitualmente y con CIMA hacemos desde la guardería hasta el informe de género. Son dos asociaciones con las que estamos siempre, aunque luego haya temas con los que no estemos de acuerdo. Algo que me parece bastante normal y saludable. Cuando hubo el lío con los premios de interpretación les anunciamos que íbamos a intentar hacer una mesa redonda sobre la repercusión que podía tener esta decisión. Luego, cuando pasó lo de Johnny Depp, vimos que había otra polémica sobre los códigos éticos. Nosotros como festival podemos aprender y evolucionar, porque no tenemos la verdad absoluta.

La directora de (H)emen, Lara Izagirre, llegó a decir, con respecto a la polémica con Johnny Depp, que el festival debería contar con un protocolo ético para saber cómo actuar en casos así. ¿Cree que un protocolo como este debería estar por encima de la presunción de inocencia?

-Si tiene que haber algún tipo de protocolo, tiene que ser un protocolo donde, aparte de la defensa de las mujeres, esté la presunción de inocencia. Mientras yo sea director no voy a aplicar en el festival ningún protocolo que lo que aplique sea la presunción de culpabilidad. Son demasiadas décadas luchando desde los sectores más progresistas de la sociedad para que exista la presunción de inocencia. ¿Que podemos llegar a un tipo de protocolo o de formas de actuar? Vale, pero, con todo el respeto hacia Lara, ella tendrá el suyo, pero nosotros ya tenemos el nuestro. Acertada o equivocadamente, tenemos nuestra forma de ver las cosas y en ello, de igual modo que nunca vamos a aceptar la presunción de culpabilidad, no se va a aceptar que haya un maltrato o un acoso en el festival si lo podemos evitar.

Para terminar con las polémicas, la última ha llegado con el acuerdo con Movistar para que 500 espectadores puedan ver algunas de las películas desde casa. Más que la decisión, quizás lo que ha levantado ampollas ha sido el momento.

-Yo hago autocrítica y, tal vez, lo primero de todo tendría que haber sido hablar con las salas. Visto ahora, me equivoqué. ¿Por qué no le dimos importancia antes? Porque no es que vaya a una plataforma, es sumar un sala virtual más del festival. Está alojada en Movistar, pero un espectador paga por ella sea de Movistar o no. Además, esa película puede ir luego a las salas de cine perfectamente. Nosotros pensamos que esas 500 personas que las van a ver pueden generar un boca a boca que sea favorable para ellas.

“El año pasado vivimos muchos momentos de tensión en lo que creo que ha sido la peor situación de mi vida profesional”

“Mientras yo sea director no voy a aplicar en el festival ningún protocolo que lo que aplique sea la presunción de culpabilidad”