- El Festival de Sundance, la cita más importante del cine independiente en todo el mundo, descorchó el pasado jueves su edición de 2021 entrando en territorio desconocido con un certamen virtual y reinventado de arriba a abajo debido a la pandemia del covid.

Con menos días de lo habitual (del 28 de enero al 3 de febrero) y sin la peregrinación típica a las montañas nevadas de Park City (Utah, EEUU), Sundance se ha volcado en trasladar a la red su pasión por el cine indie y su incansable promoción de los nuevos talentos. La principal novedad es que, para esquivar el coronavirus, toda su programación se podrá disfrutar en Internet. Esto evita preocupaciones de otros años (las peligrosas carreras por las calles nevadas y heladas de Park City para llegar a los cines), pero trae algunas nuevas (el miedo a la piratería).

No obstante, Sundance ha querido conservar algo de la magia de las proyecciones con las llamadas “pantallas sátelite”, un pequeño conjunto de autocines y pequeñas salas que, en ciudades estadounidenses como San Francisco o Houston, ofrecerán parte de la programación del festival. La programación busca la diversidad: alrededor de la mitad de los más de 140 filmes y proyectos que forman parte del festival fueron dirigidos por una o más mujeres, en torno al 50% contó con personas negras como realizadores, y aproximadamente uno de cada siete fueron dirigidos por cineastas que se identifican como miembros de la comunidad LGBTQ+.