Lola Herrera es una de las actrices de referencia de la interpretación española con un currículo abrumador, sobre todo en teatro. Su obra por excelencia es Cinco horas con Mario, texto de Miguel Delibes que ha repetido y con el que se siente muy identificada. A lo largo de su carrera teatral no solo se ha subido a los escenarios al uso, sino que también ha participado en televisión con más de veinte títulos del histórico programa Estudio 1.

Aunque el teatro sea lo que marca la vida de esta mujer, sus inicios fueron en el cine, en 1953, con la película El pórtico de la gloria. A partir de ahí su carrera fue, y sigue siendo pese a su avanzada edad, imparable. Ha representado a todo tipo de personajes del mundo de la dramaturgia clásica y ha sido una de las actrices más buscadas por directores y productores. Es amante de la cultura en general y siempre ha confesado que le gusta estar rodeada de libros y sentarse con uno en las manos en su casa de Galicia.

Muy conocida en el cine y en el teatro, se abrió paso en la televisión gracias a los Estudio 1, hasta ser una de las actrices que más funciones ha interpreta- do en tan importante contenedor, pero quizá los espectadores actuales la recuerden por dos series que triunfaron en Antena 3: La casa de los líos y Un paso adelante. En la primera compartía protagonismo con Arturo Fernández, y no era la primera vez que trabajaba con este actor, que falleció el año pasado.

La comedia caló en los espectadores y se mantuvo en emisión durante cuatro largos años. Era la gran cita de los domingos y tuvo de principio a fin un público fiel. Un paso adelante, por su parte, era un drama juvenil y ella estuvo en esta ficción durante cerca de 90 capítulos, interpretando a la directora de la escuela escénica que representaba el argumento. Siempre se manifestó encantada de interactuar con un plantel de actores muy jóvenes y la serie se convirtió en todo un fenómeno fan. Tras ser cancelada después de tres años de emisión volvió a encontrar su lugar televisivo en la versión española de Las chicas de oro.

En 2015 se puso por última vez ante las cámaras -cosa que no hacía en el cine desde 2006- para dar vida a Emilia Ferrer Alonso en Amar es para siempre, aunque no quedó muy satisfecha con esta experiencia. Desde entonces ha quedado fuera de cámara. Esta mujer fuerte y tenaz también forjó su carácter por la tormentosa relación con su marido Daniel Dicenta, con quien compartió su vida durante siete años (1960-1967), un tiempo lleno de desavenencias, relaciones extramatrimoniales por parte de él y también muchas deudas económicas.

Dicenta fue en declive total y acabó viviendo en una pensión, donde murió completamente arruinado. La actriz continuó con su vida adelante y hoy se dedica en cuerpo y alma al teatro. Su último trabajo ha sido, cómo no, Cinco horas con Mario, ahora paralizada por la pandemia pero que ha estado sobre el escenario hasta febrero de este mismo año.