- La exposición Norusta, una instalación que mezcla lo espacial, lo etnográfico y lo artístico, de la vizcaina afincada en California Erlea Maneros Zabala, constituye la segunda propuesta del programa de intervenciones Museo Bikoitza del Museo San Telmo de Donostia.

La muestra, abierta desde hoy al 10 de enero próximo, fue presentada ayer por la propia artista, en un acto en el que participaron el alcalde donostiarra, Eneko Goia, y la responsable de San Telmo Nerea Izagirre, entre otros.

Maneros Zabala coge así el relevo de Ibon Aranberri, el primer artista invitado a Museo Bikoitza, que proseguirá con el ya anunciado creador irundarra José María Zabala.

Según explicó Izagirre, responsable de investigación y exposición permanente de San Telmo, y coordinadora de Bikoitza, Norusta es en realidad “el primer capítulo” del trabajo creativo y de indagación desarrollado por Maneros durante un año, pues “tendrá continuidad” a partir de enero en un apartado que será incluido dentro de la muestra permanente.

La propuesta de Maneros se inaugurará hoy, con cierto retraso sobre lo previsto, debido a que la artista no pudo culminar su trabajo en el plazo previsto por el COVID-19, que la dejó “bloqueada” en Euskadi.

Nacida en 1977 en Bilbao -aunque reivindica que es de Lekeitio-, la artista ha hecho una yuxtaposición entre su paisaje biográfico y el contexto del museo, lo que da lugar a “una relación espacio-temporal descentrada” que ha generado desde su “propio tránsito personal” durante el propio periodo de elaboración. El resultado pivota entre dos objetos y su relación con San Telmo, por un lado una litografía del pintor del siglo XIX Pedro Pérez de Castro, extraída de los fondos del museo, y una punta de cuerno de corzo que pertenecía a la familia de la artista y que ha donado al museo.

La artista apuntó cómo Norusta se presenta en dos salas contiguas que conforman “un marco conceptual”, en el que por un lado ofrece su particular visión del paisaje costero romántico que, desde tierra firme, plasmó Pérez de Castro sobre el cabo Antzoriz, en Lekeitio.

Esta parte está compuesta por una serie de “imágenes distorsionadas” captadas en sus viajes “en piragua por dos kilómetros de acantilado de la vertiente norte del monte Otoio”, así como de dibujos a modo de hojas de bitácora y mapas sobre sus incursiones, en los que describe distintos topónimos usados por los vecinos para señalar los enclaves del acantilado, entre los que está el que da título a la exposición.

La creadora quedó “bloqueada” en Euskadi como consecuencia del COVID y la muestra llega con retraso a Donostia

El irundarra José María Zabala será el siguiente artista en pasar por este proyecto novedoso del museo guipuzcoano