Rafael Berrio era "paradójico", "cercano y distante", "sugestivo", "un hombre singular", "un letraherido", "un gran artesano", "una persona con mucha energía", "humilde", "generoso", "sensible y pétreo", "locuaz y escueto", "complejo", "atrabiliario", "con un talante artístico muy potente", "un músico que se diferencia de casi cualquier otro músico por el amor que tenía por las palabras"; verle actuar, por otro lado, "era como ver a Leonard Cohen en zapatillas de casa".

El cantautor donostiarra falleció el pasado 31 de marzo después de una larga lucha contra la enfermedad. La pandemia ha impedido a sus amigos, -tal y como cantaba con ironía, "borrachos distinguidos"-, y a sus seguidores despedirle como merece. No son pocos los que le apreciaban y los que han querido ayudar a que su legado perdure.

Ha llegado el momento de hacerlo a través de los regalos que dejó; de celebrar su obra, la pasada y también la hasta ahora inédita. Sin ir más lejos, se ha puesto a la venta un EP con tres canciones que grabó en el mes de diciembre, mientras que un nutrido grupo de gente cercana se reunirá mañana en Tabakalera para presentar Absolución. Canciones de Rafael Berrio, un libro recopilatorio editado por el cineasta Jonás TruebaAbsolución. Canciones de Rafael Berrio. Aún más, el también cineasta Angel Aldarondo se encuentra preparando un documental para captar el "espíritu audaz" de Berrio, siempre en busca de la "canción perfecta".

"No dejó de ser nunca un minoritario artista de culto. Su ideal era tener unos 150 seguidores en cada ciudad para ir a tocar allí sus canciones", recoge la nota biográfica incluida en Absolución, para concluir rotunda: "Se puede decir que lo consiguió". Descendiente de gitanos vascos, nació en Donostia en 1963 y en los 80, a la edad de 16 años, influenciado por la Nueva Ola a la que en los 90 seguiría Amor a Traición. Exquisito con las palabras, y en un equilibro entre el punk rock y la chanson française, Berrio desarrolló una trayectoria en la que hubo lugar para escribir letras por encargo para artistas como Mikel Erentxun, La Oreja de Van Gogh o Amateur.

Deriva nacería con el cambio de siglo. No obstante, su mayor reconocimiento llegaría en esta década, cuando emprendió su proyecto en solitario, que estrenó con el disco 1971 y al que le siguieron otros tres álbumes -Diarios, Paradoja y Niño Futuro-en los que siguió dando buena cuenta de un altísimo nivel intelectual y cultural, de un siempre efervescente existencialismo y de un dominio quirúrgico del idioma.

Fue también en esta época cuando, junto a otro amigo, Joserra Semperena -el pianista también colaboró en los primeros álbumes en solitario del artista-, se embarcó en una peculiar adaptación de la zarzuela Adiós a la bohemia, de Pablo Sorozabal. Asimismo, por encargo de Jonás Trueba compuso para la película La reconquista la canción Arcadia en flor La reconquistaArcadia en flor -

Paul San Martín:"Todo el EP suena a música de salón"

Por deseo expreso del propio Berrio, el EP que se publica hoy -un pack doble que incluye vinilo y CD- no tiene título. El pasado sábado, coincidiendo con su cumpleaños, se publicó el primer adelanto, se publicó el primer adelanto, Insulsa. Su idea original era que el disco estuviese compuesto por cinco canciones para las cuales ya tenía la letra escrita. No obstante, su enfermedad le afectó a la garganta haciéndole perder una cuerda vocal. ¿El resultado? Un disco con tres piezas con el que se quedó "muy contento", asegura el pianista Paul San Martín, uno de los colaboradores de Berrio en este trabajo -junto a Fernando Neira y Karlos Aranzegi-, que se grabó en Elkar Estudioa, con Víctor Sánchez en la técnica.

San Martín habla del día de la grabación -tuvo lugar el día de Santo Tomás de 2019-: "Fue emocionante". No en vano, durante un descanso para la comida, Berrio explicó a sus compañeros músicos que el tratamiento que estaba recibiendo para combatir su enfermedad no estaba haciendo efecto y "que no sabía cuánto tiempo le quedaba". "Fue muy emocionante por su energía y por su necesidad de dejar terminado su último trabajo antes de morir", explica, para después añadir que la implicación de Berrio y sus ansias de hacerlo bien hicieron que la grabación de esos tres temas durase todo el día". "Funcionaba en el estudio", lugar en el que le gustaba "experimentar".

Berrio quería hacer un disco a ritmo de vals, pero San Martín añade un matiz. De los tres temas -además de en formato físico se publicarán también hoy en plataformas-, uno de ellos "no es exactamente un vals", sino que se asemeja a una bossa nova "con el piano muy presente" -se refiere a la canción Al viento, que Berrio también grabó con Amor a Traición en el disco Una canción de mala muerte-. "Todo este EP me suena a música de salón. Quizá ese tercer tema no es un vals pero sí música de salón, u opereta, todos esos ritmos populares que a él le gustaban. En este EP podía haber cabido un tango perfectamente", describe.

San Martín recuerda bien cómo conoció a Berrio. Fue en el bar la Gatera, un club de blues que se encontraba en la calle de La Salud en el donostiarra barrio de Amara y que bajó la persiana en 1999. Ambos eran clientes, se conocían de vista. San Martín actuaba con su banda en el local, en el Amor a Traición también se subía al escenario. Como anécdota, rescata de la memoria el día que La Gatera cerró, y en la fiesta de despedida del bar, "en una noche muy especial", actuaron ambos conjuntos.

Posteriormente, Berrio y San Martín, junto a otros artistas, se reunieron en 2013 para homenajear a Lou Reed, uno de los referentes del autor de Simulacro, tras su fallecimiento. En este tiempo, participó en una maqueta y también en el último trabajo largo del cantautor, Niño Futuro, editado el pasado año. "Siempre ha sido un placer trabajar con él", asegura.

Jonás Trueba:"Sentía que Rafa era un letraherido"

"Para Rafa era muy importante hacer este libro y que fuera bello". En un inicio, Berrio se dirigió a Jonás Trueba para pedirle consejo. Quería publicar un libro que recopilase sus letras y, a sabiendas que el cineasta tenía contactos en varias editoriales, le consultó. Al final, ha sido el propio Trueba el que se ha encargado de la edición del volumen, llamado Absolución, y que se presentará mañana en Tabakalera, entre amigos.

Carmen Fernández Oliván, Karmelo Iribarren, Jorge Carrero, Javier Aguirre, Iñaki Berrio e Itsaso Arana leerán algunas de las 86 letras de las canciones incluidas en el libro, mientras que Mikel Aguirre y Cheli Lanzagorta de Amateur, Maite Arroitajauregi (Mursego) y Diego Vasallo ofrecerán versiones en directo en un acto presentado por Gema Amiama, compañera de Berrio.

Trueba le propuso que el libro fuese editado por La Veleta, "un sello de calidad", "muy delicado" y que publica a toda clase de "escritores raros". "Me parecía que a Rafa le iba como un guante", confiesa el responsable de La virgen de agosto. La Veleta está dirigida por el escritor Andrés Trapiello, "otro letraherido como Rafa". Aunque no se conocían, el cineasta sentía que entre el editor y el cantautor existía un "amor" por autores como Baroja y Pérez Galdós.

En cuanto al proceso resultante de Absolución -que ha contado con financiación del departamento de Cultura de la Duputación-, fue un proceso de "decantación". Berrio tomó conciencia de que el libro debía ser lo más completo posible, si bien es cierto que descartó una serie de letras, sobre todo, aquellas que habían sido escritas por encargo: "No las despreciaba, pero sentía que las había escrito desde otro lugar, ajustándose a los grupos en cuestión para los que escribía. No las sentía tan suyas".

La siguiente decisión que tomó el autor fue que las letras no siguiesen un orden cronológico, sino que se presentasen con "una especie de desorden más parecido a la vida". Para Trueba, "fue una aventura muy bonita" que se prolongó durante multitud de conversaciones hasta la víspera, incluso, de su muerte. Dos días antes, se pasaron muchas horas al teléfono; Berrio dedicó ese tiempo al libro: "Diría que fue repasando cada letra, verso a verso, con su exigencia de siempre". "Muchas veces leo las letras como si fueran poesía, intentando olvidar las melodías. Es entonces cuando te das cuenta de la personalidad tan fuerte que tenía como escritor", relata con admiración.

Recuerda cómo conoció al músico. Fue gracias a un tercero que le envió el videoclip del tema Simulacro: "Fue escucharlo y me enamoré, me hice fan". Fue "amor a primera vista" de la canción y del "personaje" que salía en el videoclip. 1971 se convirtió en el disco favorito de Trueba. Escuchó todo lo que encontró hasta el punto de "obsesionarse". Preguntaba a sus amigos y nadie conocía a Rafael Berrio, "era un tipo un poco oculto", hasta que Víctor Iriarte, responsable del área de Cine y Audiovisual de Tabakalera, le explicó quién era. En un viaje al Zinemaldia, por fin, se pudieron conocer, "en un bar, cómo no", bromea.

Angel Aldarondo: "Rafa merece que se huya de la biografía al uso"

"Es inaudito que no se haya realizado un retrato completo de un artista de su talla, que revindique su obra y la dé a conocer a un público más amplio". Así habla el cineasta Angel Aldarondo, que ha tomado la determinación de corregir esa carencia y preparar un documental sobre el cantautor, algo de lo que ya habían hablado. "Rafa y yo lo habíamos comentado alguna vez entre vino y vino, pero nunca lo abordamos en serio y la idea no llegaba a superar la resaca", bromea para después añadir que "ya no hay excusa" para hacerlo, sobre todo, desde que le llamaron para participar en los homenajes que se van a brindar a Berrio, momento en el que pensó que era el "momento idóneo" para reconstruir su vida y obra.

Aldarondo fue el director del videoclip Mis ayeres muertos y además coincidió con el cantante como jurado del Premio Irizar al Cine Vasco en el año 2014: "No dejaba de sorprenderte. Cuando nos llamaron para ser jurado en el Zinemaldia muchos cuestionaban que un no cinéfilo pudiera serlo. Yo lo defendía porque confiaba en su enriquecedora sensibilidad artística, pero lo asombroso es que Rafa se reveló como un verdadero crítico, de forma innata atinaba hasta en cuestiones como la puesta en escena".

Se conocieron seis años antes, en el bar Desi de Gros, en un concierto de Giorgio Bassmatti, al que Aldarondo acudió con su hermana. A ese mismo espectáculo asistió Berrio, con su perro Lento, y Bassmatti le invitó a tocar unos temas, recuerda el cineasta, quien aunque ya tenía algún disco de Deriva en casa no sabía quién era él.

"Me parecía increíble que un genio así no fuera más conocido". Precisamente, para que se le conozca y para ayudar a describir a alguien "nada fácil" de definir prepara el documental, en el que participarán muchos amigos y conocidos -"la lista es enorme"-, y que también tendrá un punto "muy sentido y emocionante" para el propio Aldarondo. No en vano, su hermana "falleció unos meses antes que Berrio con la misma cruel enfermedad". "El tema de la muerte, tan recurrente en su obra. estará presente con su carcástica visión del absurdo de la existencia, contra la que se rebeló al tiempo que se afirmaba a través de la creación", explica el también guionista, que añade que "aunque se le recuerde afligido, era fácil ver su silueta retorciéndose de la risa; todo un contrasentido, entre el pesimismo de su adorado Baroja y el existencialismo absurdo del Sísifo feliz".

El músico era "paradójico y disfrutaba jugando a serlo". Era "muy ingenioso" y "un portento en el escenario", recuerda el documentalista, que aclara que un artista "tan sugestivo con una obra tan exuberante" merece un audiovisual que "huya de los cánones de la biografía al uso", aunque claro que se reflejará su trayectoria y su "magnitud como persona" a través de las voces de quienes lo acompañaron: "Los grabaremos en acción preparando su homenaje". "Recurriré al cliché del viaje para decir que esta película será una aventura, pero así me lo planteo, su universo era tan rico y estimulante que me limitaré a dejar que todo fluya. Su fuerte personalidad performativa y lo evocador de sus letras hará el resto. Quiero pensar que en la manera de abordarlo hay mucho de Rafa, de su espíritu audaz, tan ambicioso como pragmático", concluye.