a respuesta a la pregunta del titular es bien novedosa: la mejor manera de vestir un tocado en la actualidad es través de una camiseta de algodón serigrafiada. Esta es la propuesta de la marca donostiarra Amarenak, que participa con su proyecto Burukoak en la iniciativa Piztu Meta! del Departamento de Cultura de la Diputación.

Fiel a la filosofía de recuperar la tradición textil vasca, modernizarla y darla a conocer en un contexto contemporáneo a través de la moda, el equipo de Amarenak, liderado por la donostiarra Oihane Pardo, inició hace algo más de un año la investigación sobre ropajes medievales, en colaboración con la Fundación Elkano en relación con el quinto centenario de la primera circunnavegación.

En su búsqueda, centrada en un inicio en los marineros de la época, observó cuáles eran las vestimentas de las mujeres del país en el siglo XVI. “Me llamó mucho la atención, no la indumentaria, sino los tocados”, explica Pardo, y recuerda que en el imaginario colectivo permanece la prenda con la que Mari Domingi se cubre la cabeza; un elemento que, por otra parte, ha renacido últimamente gracias a la película Akelarre, de Pablo Agüero. Este tipo de vestimentas también aparecen en conocidas obras como el óleo Los esponsales o boda de hidalgos de Begoña,pintado por Francisco de Mendieta en 1607 y propiedad de la Diputación. “En mi caso no tenía muy bien ubicada esta prenda. No sabía de dónde venía, ni qué significaba”, comenta la responsable de Amarenak, a la que lo que más le llamó la atención fue su “”gran variedad”.

Ante las dudas de resucitar ese elemento como algo que cubra la cabeza, desde la marca hacen una nueva propuesta para que se produzca esa “transmisión” de la tradición a la sociedad contemporánea. Parten de lo que más les ha gustado del proceso de investigación: las ilustraciones que han hallado. Y no dudan: “La manera más fácil de llevar puesta una ilustración es a través de camisetas”. En este tiempo han recopilado más de 200 imágenes diferentes -muchas cuentan con un pie en el que se detalla el origen de la mujer representada- y su idea es seleccionar cuatro para diseñar serigrafías que posteriormente se estampen en camisetas de algodón, junto a la leyenda correspondiente. Para ello, contarán con los cofinanciadores de Piztu Meta!. Aquellos que inviertan su dinero en Burukoak, a través de la plataforma Goteo -goteo.org/project/burukoak-, como parte de la recompensa, votarán las imágenes que finalmente produzcan.

La primera imagen pictórica en la que aparece este tipo de tocado está fechada en el siglo XIV y se encuentra en el monasterio burgalés de Santo Domingo de Silos. “Desde aquel siglo, que sepamos, hasta el XVII, que se prohibieron, todas las mujeres vascas vestían estos tocados”, expone Pardo. Es entonces cuando le asalta una duda: “¿Cómo puede ser que durante tantos siglos fuese una prenda característica de las mujeres vascas y hoy en día casi no se conozca? No solo eso, que no se conozcan apenas sus variedades, ni su significado”. Amarenak pretende arrojar algo de luz con su iniciativa.

Barco, concha e, incluso, con forma fálica. Los tocados, que las mujeres comenzaban a vestir tras el matrimonio, adoptaban múltiples apariencias. Pardo explica que existe muy poca información sobre los significados de la prenda, al tiempo que mucha de la existente parte de interpretaciones de los foráneos que pasaban por estas tierras. Este elemento era común en todas las clases sociales, pero “sí que servían para transmitir el estatus”.

Lo que sí se sabe es que los tocados se hacían con lino y llevaban un armazón de mimbre. “En aquella época el tejido era un bien muy preciado. Por lo que la que tenía mucho tejido, se intuía que tenía mucho dinero”, relata, para después añadir que llegó un momento en el que, incluso, se dictó una orden por la que se limitaban los metros de tela que se podían usar para diseñar estos tocados.

¿Y por qué se dejaron de usar? Por un lado, la Iglesia prohibió su uso porque los consideraba “muy obscenos”. Por otro, también esgrimía que las mujeres “perdían mucho tiempo” en embellecerse, “desatendiendo el hogar y la familia”. “En plena época de la Inquisición española, esta fue otra forma más de atacar la libertad de la mujer”, afirma.

Pardo conoce muy bien los entresijos de Meta!, una iniciativa por la que la Diputación duplica cada euro recaudado a través de crowdfunding por los proyectos. No en vano, la propia Amarenak también se pudo materializar gracias a este sistema de micromecenazgo. Pero para ello hay que remontarse a 2016.

Tras vivir y trabajar varios años como arquitecta en Shanghai, Pardo decidió volver a Donostia. Su experiencia en China, cuenta, le hizo darse cuenta de lo importante que es la cultura para cada sociedad, “ayuda a que exista una cohesión social”. “Decidí que quería contribuir con mi trabajo a conservar y transmitir la cultura de mi tierra a la sociedad para garantizar que se siga conociendo y que no se pierda”, explica.

Tras ganar una convocatoria de emprendizaje lanzada por Fomento de Donostia -Yuzz-, la donostiarra decidió participar en la edición de Meta! de aquel año con un proyecto que se convertiría en su primer éxito: la modernización -y recuperación- del tradicional kaiku. Tras aquella primera campaña, Pardo se lanzó a la piscina y continuó transitando un camino que excede aquella única prenda, “a la caza y captura de historias interesantes que tengan vinculación con nuestra cultura”. Amarenak continúa en esa vía, en la de transmitir el legado textil vasco de una manera “innovadora, entretenida, accesible y fácil para todos los públicos”.

Proyecto. Burukoak, de la marca Amarenak, es un proyecto que busca recuperar y difundir la historia de los tocados de las mujeres vascas de la Edad Media.

Goteo. Los interesados en colaborar pueden financiar este proyecto en la página goteo.org/project/burukoak.

Recompensas. En función de lo invertido -el mínimo son diez euros-, los cofinanciadores obtendrán distintas recompensas.

200

Amarenak ha reunido 200 ilustraciones entre el siglo XIV y el XVII.

Con los votos de las personas que cofinancien el proyecto, se seleccionarán cuatro de esas ilustraciones.

Partiendo de esas cuatro ilustraciones, se crearán otros tantos diseños con los que serigrafiarán camisetas y láminas numeradas y limitadas, a modo de recompensa para los cofinanciadores y para su posterior comercialización.

Asimismo, crearán un álbum recopilatorio de todas las imágenes encontradas, que se publicará digitalmente. En caso de llegar al presupuesto óptimo, se harán copias impresas.

La marca Amarenak busca recuperar y difundir, a través de la moda, el patrimonio textil y la cultura vasca

Los cofinanciadores podrán votar por las cuatro ilustraciones que, finalmente, acabarán serigrafiadas en camisetas