l coronavirus no pudo impedir ayer el homenaje a Joxe Mari Iparragirre por el 200º aniversario de su nacimiento. Aunque tuvo que ser una versión reducida de la celebración que inicialmente se había previsto, frente a su estatua en Urretxu, el municipio que vio nacer al bardo hace dos décadas, se quiso recordar al artífice de una gran cantidad de canciones que forman parte del cancionero y, por lo tanto, de la historia, de Euskal Herria.

Bajo un sol de justicia, el acto dio inicio con otro músico urretxuarra. El acordeonista Gorka Hermosa presentó una pequeña parte de la obra Urretxutik mundura que ha creado en torno a la figura de Iparragirre y cuyo estreno debía estar acompañado por la coral Goiargi, el grupo de cuerda Blanchard Strings, el bailarín Jon Maia y los también músicos Gontzal Mendibil y Piti.

No obstante, el virus trastocó todos los planes y finalmente se pudo escuchar una pequeña parte de los 40 minutos y 600 páginas que forman parte de la obra que, si todo va bien, se podrá representar en su total integridad el próximo año, al que ha pasado buena parte de las conmemoraciones previstas para 2020. Como acto simbólico, Hermosa entregó la partitura al alcalde Jon Luqui, dando a entender que la creación pertenecer ahora al pueblo de Urretxu.

Tras la actuación del músico, los dantzaris de Lurra Dantza Taldea y los txistularis de la asociación Lizarrituri ofrecieron un aurresku al que se sumó el gigante del municipio que lleva el rostro del famoso bardo.

Por último, el acto se trasladó al cementerio, donde se procedió a una ofrenda floral por parte de representantes del Ayuntamiento de Urretxu frente al mausoleo de Iparragirre, obra del también urretxuarra José Vicente Lasa en 1981 y que lleva por nombre Askatasun egarria.

Dadas las restricciones sanitarias actuales, el acto tuvo un aforo controlado, aunque algunos vecinos de la localidad quisieron sumarse también al homenaje. 200 años no se cumplen todos los días.

El autor del himno Gernikako Arbola y tantas otras canciones ya míticas del cancionero vasco, nació el 12 de agosto de 1820 en la casa Alzola, en la antigua calle Mayor ahora conocida Iparragirre.

Con motivo de los 200 años, tanto el Ayuntamiento de Urretxu como la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco habían preparado todo un año de actividades que se han tenido que postergar, en su mayoría, a 2021.

Estas, que incluyen obras teatrales, diferentes concursos, actuaciones y hasta la plantación de un retoño del Árbol de Gernika en el caserío Zozobarro -iba a tener lugar el pasado 6 de abril, fecha en la que se cumplían 139 años de su muerte-, no tiene por el momento fecha.

No obstante, si las condiciones sanitarias lo permiten, tal y como ocurrió ayer con el homenaje el día de su nacimiento, se intentarán celebrar este mismo curso. Todo sea para tratar de recordar el 2020 como el año de Iparragirre.