"En el extranjero se lamía las heridas de lo que le hacían en España". Así habló ayer Elvira Primavera, la viuda de Jacinto Molina (1934-2009), mejor conocido como Paul Naschy, director, actor, guionista, novelista, ilustrador, halterófilo y... también hombre lobo, momia, vampiro y otros mitos del terror clásico del cine. Todas las facetas de este creador, "denostado" en el franquismo pero venerado internacionalmente, pueden explorarse en la exposición Paul Naschy. Una biografía en imágenes, que se inauguró ayer en la casa de cultura Okendo, en el marco de la 30ª Semana de Cine Fantástico y de Terror, después de dos años de trabajo -la de Naschy era una figura recurrente y respetada en el festival-.
Comisariada por Antonio Busquets, se trata de la muestra más grande dedicada a este “loco” que, fascinado tras ver Frankenstein y el hombre lobo en 1944, decidió que él mismo quería convertirse en un licántropo y hacer películas como las que producían la Universal y la Hammer.
Junto a su viuda y al comisario de la exposición, sus hijos, Bruno y Sergio Molina, participaron ayer en una concurridísima rueda de prensa cargada de anécdotas. Una de ellas trasladó a los presentes hasta 1998, cuando el polifacético artista -firmó 20 películas como cineasta y un centenar como actor- viajó a Nueva York para tomar parte en una convención que protagonizaba junto a George A. Romero, responsable de La noche de los muertos vivientes. Al ver una enorme cola de gente esperando por conocerle, preguntó: “¿Y todos estos a quién vienen a ver?”, sin ser consciente que fuera del Estado era un referente del terror.
Papeles como el del licántropo Waldemar Daninsky, que Naschy creó para La marca del hombre lobo y que encarnó una y otra vez hasta en una decena de ocasiones, o como el de Alaric de Marnac, villano protagonista de El mariscal del infierno, son algunos de los que han quedado para la posteridad.
La exposición recoge mucho material personal cedido por la familia y profesionales que trabajaron con él, así como otras colecciones particulares venidas de todo el mundo. Carteles de gran formato, fotografías, guiones -escribió más de 400-, discos de los 50 ilustrados por él, novelas populares y atrezzo, entre otros objetos, forman esta muestra guiada por textos explicativos del propio Naschy que han sido rescatados par la ocasión. Toda una autobiografía.