entre los múltiples certámenes que se celebran en torno al mundo del pintxo en nuestra reducida geografía, llama poderosamente la atención el Campeonato de Pintxos de Ermua. Y digo que llama la atención porque Ermua era una localidad que tradicionalmente no había destacado demasiado por su gastronomía. Es más, la sensación generalizada era la de que este municipio era el típico pueblo-dormitorio creado a la vera de Eibar, cuyo tejido hostelero no pasaba de los habituales bares tradicionales sin nervio culinario.
La labor desarrollada por la Asociación Gastronómica Lobiano, grupo promotor de las susodichas Jornadas Gastronómicas, ha demostrado que esto no era así. La formalidad de los organizadores sumada a la excepcional respuesta del pueblo de Ermua que, literalmente, toma las calles y los bares durante la semana que dura el concurso, ha animado a hosteleros de todas las edades a apostar por trabajar la cocina en miniatura. Hasta el punto de que Ermua ha colocado, durante los últimos años, un mínimo de cuatro de sus bares en la final del Campeonato de Bizkaia de pintxos. El campeón actual del mismo es el bar Kiska, cuyo jovencísimo responsable y cocinero, Andoni Pérez, sorprendió al jurado con su bocado Taconazo (carrillera de ternera, guacamole y piña asada), que le valió la txapela que lucirá hasta la próxima primavera.
Estos excelentes resultados, en cualquier caso, no habrían sido posibles sin la abnegada labor de la cabeza más visible de la Asociación Gastronómica Lobiano: el inquieto Jesús Portugal. Técnico municipal ocupado habitualmente en labores de urbanismo, cultura e industria, actualmente apartado de su cargo por motivos de salud, ha cargado con el principal peso del Campeonato durante las casi dos décadas que este viene celebrándose. Jesús, gourmet empedernido y gran amante y entendido del mundo del vino, ha sido el principal “culpable” de poner a su pueblo, hacia el que siente un amor y un orgullo inconmensurable, en el centro del mapa gastronómico bizkaitarra.
Jesús alecciona a los cocineros, les orienta gastronómicamente, coordina al jurado, toma parte en el mismo, organiza el resto de actividades de las jornadas y le sobra el tiempo para darse todos los domingos un garbeo por el monte y disfrutar de la compañía de sus amigos, abriéndoles las puertas de su sociedad. Porque sí, este inquieto sibarita es también un cocinillas con muy buena mano.
participación El caso es que esta labor y este entusiasmo ha desembocado, como decimos, en una altísima participación en el Campeonato de Ermua. Este año, sin ir más lejos, han sido 21 los bares que han propuesto pintxos originales para el concurso, que tuvo lugar entre los días 8 al 14 de junio. De esos 21 participantes, fueron seleccionados doce, que fueron visitados por un jurado final en el que tomaron parte los cocineros Beñat Ormaetxea (Restaurante Jauregi Barria, Amorebieta), Luken Vigo (Bar Baserri Berri, Iruña), el periodista de Ondojan.com Josema Azpeitia y el gastrónomo y editor japonés Itaru Ishii, que se encontraba pasando unos días entre nosotros.
Tras degustar los doce pintxos finalistas, fue el pintxo Bikote del Bar Giroa, que fue preparado en directo delante del jurado, el que se alzó con el primer premio de la edición actual. Se trata de una compleja preparación de tintes asiáticos compuesta, entre otros ingredientes, por txitxarro, vaina, espárrago, crema de bacon, emulsión de tomate con kimchi y sriracha, mayonesa de piparras de Ibarra, sal de Añana y perlas de tomate crujiente. Un pintxo concebido para ser degustado de un solo bocado que produce en boca una explosión de sabores con una gran persistencia.
El segundo premio recayó en el bar Jai, que presentó un tartar de solomillo con salsa Perrins y pimienta negra que sorprendió por su sabor y su frescura. El premio al Kilómetro 0 se quedó en el bar London y su propuesta Torti bola con Piquillo, una versión (formato pintxo) de un plato tan clásico como unos huevos con patatas y pimientos, elaborado con huevos de caserío y pimientos caseros.
El jurado lo tuvo difícil para elegir los pintxos ganadores ya que, como viene sucediendo habitualmente, el nivel de los bocados presentados a concurso superó todas las expectativas.
showcooking El Campeonato finalizó el sábado 15, día en el que la plaza Cardenal Orbe, centro neurálgico de la villa, se vistió de gala para celebrar una sesión de showcooking en la que se pudieron degustar los tres pintxos ganadores de este concurso, así como otros dos que fueron destacados por el jurado: Ninyoyaki de pato líquido del bar Sagarra y el mencionado campeón de Bizkaia Taconazo, del bar Kiska. También fueron invitados al showcooking los pintxos ganadores en los concursos de Eibar (Bar Baratze), Elgoibar (Gastroteka Viento Sur) y Durango (Bar Amalu). La jornada resultó un éxito con unas cifras de ventas de pintxos que superaron ampliamente el millar.
Tanto el día del showcooking como durante las jornadas previas, en las que la gente podía acudir a los bares a probar los pintxos en liza, los hosteleros de Ermua han vendido miles de pintxos, con lo que este Campeonato, además de estimular la creatividad de los cocineros locales, activa la economía local. Sin duda, cuando se hacen bien las cosas, las consecuencias son positivas, como bien queda demostrado en este dinámico y populoso municipio.
Nuestra más profunda felicitación a Jesús Portugal y a la Asociación Gastronómica Lobiano. Necesitamos más grupos y personas entusiastas como estas en Euskal Herria para que la cultura del pintxo en particular y la gastronomía en general sigan siendo dinámicas, originales, locales? y no caigan en la estandarización a la que parecen estar arrastrándole diversos intereses comerciales (puros y duros) y tendencias. Zorionak Ermua!