bilbao - Hace 25 años, Karmelo Vivanco, junto a otros nombres, creó Baleuko, una productora que en un cuarto de siglo ha conseguido ser un referente en Euskadi.

¿Con qué objetivo nació Baleuko?

-Nacimos principalmente porque creíamos que había un espacio, sobre todo, para el tema de documentales y reportajes. Nos juntamos unos cuantos profesionales, entre los que estaban Edu Barinaga, que ahora está en ETB, o Joserra Plaza. Principalmente veníamos del mundo del periodismo, vimos un hueco y ahí nos metimos.

¿Cómo era la producción entonces?

-Era una industria dedicada a los medios de producción, no estábamos tanto a los contenidos. Veíamos un hueco en contenidos y fue por lo que nos decidimos. No optamos tanto en medios de producción, que era lo predominante en las productoras.

¿Ha cambiado mucho ese ecosistema hoy en día?

-Ha cambiado mucho. Primero, porque han entrado nuevas empresas. La industria se ha dado cuenta de la importancia de los contenidos y están trabajando mejor. Ha virado el sector.

¿Cuáles fueron los primeros trabajos de Baleuko?

-Nos abrimos camino principalmente con La historia del ciclismo, La historia del fútbol vasco, también Egun Bete? Principalmente eran series de documentales y series de reportajes. De ahí pasamos a trabajar el área de infografía, porque veíamos un hueco importante. Era algo que trabajaban mucho en los canales americanos y europeos, pero aquí estaba huérfano. Empezamos con eso y eso nos llevó al mundo de la animación. Nos dimos cuenta de que eran disciplinas que convergían. Nosotros cogimos una gran experiencia con la vuelta al mundo de José Luis Ugarte. Hacíamos un seguimiento con infografías. Dimos el salto a la animación y, como ya nos habíamos metido en el mundo de la ficción y es un no parar, nos metimos en la ficción de cine.

¿Personalmente qué tipo de producciones le satisface más?

-Yo de formación soy periodista. Probablemente en el género documental o en el género reportaje me siento muy cómodo. Lo que pasa es que veo que las nuevas generaciones tienen un tipo de lenguaje más dinámico. Creo que les puedo dar una orientación teórica y de planteamiento, pero veo que el desarrollo del documental está cogiendo nuevas direcciones y las nuevas generaciones lo adoptan mejor.

Con los ‘Megasónicos’ Baleuko fue la primera productora europea en producir una película de animación en 3D. ¿Por qué esa apuesta?

-Nosotros vimos cómo estaban los videojuegos. Los chavales habían adoptado los videojuegos en 3D como una herramienta de entretenimiento y al mundo de la animación el 3D iba a pasarle por encima. Fue duro porque recuerdo cómo nos miraban los programadores de todos los canales de Euskadi y España. Decían que esa animación nunca iba a conseguir llegar a la animación tradicional porque no enamoraba. Pero tarde o temprano la tecnología subiría y los chavales están totalmente adaptados a este tipo de grafía. Y así fue. Intuimos que era una derivación muy lógica.

¿Cómo influyó en Baleuko el Goya que consiguieron con ese trabajo?

-Más que el Goya, ahí cogimos una ventaja competitiva en el mundo de la animación que nos ha permitido durante un tiempo estar en la punta de la producción. Hicimos la apuesta por el 3D, hicimos la apuesta por Maya, un programa de animación, y la apuesta de que Maya corriese sobre PC. Trajimos de las primeras licencias del programa a Europa para que trabajase sobre PC. Los PC eran mucho más baratos que otras plataformas supercaras. Eso nos dio una ventaja competitiva importante.

¿Es necesario diversificar las áreas de trabajo para que sea viable?

-Sinceramente, creo que sí. Hay gente que piensa que es buena la especialización, pero creo que a nosotros el tema de la diversificación nos ha servido para tener la musculatura que podemos tener, que no sé si es mucha o poca, pero es la que nos permite afrontar proyectos de cierta ambición.

¿Cómo es el compromiso de Baleuko con el euskera?

-Es muy grande. Somos una empresa de Euskadi. Eso lo tenemos clarísimo. Los que arrancamos con Baleuko y los que ahora estamos en Baleuko lo hemos tenido siempre muy claro. Queremos este país. Somos una empresa y tenemos que pensar en la cuenta de resultados, pero para nosotros Euskadi y el euskera son muy importantes. Hasta hace 5 años toda nuestra producción era en euskera. Y ahora hacemos un tercio que no es en euskera, pero es lo que nos hace ser visibles fuera de Euskadi. Están llegando Movistar, Netflix y esa gente con mucho dinero y es complicado hacerse visible, por lo que estás obligado al bilingüismo. Pero en cuanto hay una oportunidad de hacer algo en euskera, lo hacemos.

¿Cuál ha sido la seña de identidad de Baleuko en estos 25 años?

-Siempre hemos intentado hacer una producción con sentido de país. Hemos querido hacer una producción con compromiso social y de país.

¿Cómo ve Baleuko en el futuro?

-Tenemos tres frentes abiertos: televisión, ficción y eventos. Vemos complicado el mundo de la televisión porque los márgenes se están estrechando mucho. En lugares como ETB el margen de beneficio es muy estrecho. Estamos obligados a seguir manteniendo la posición en ETB, porque es muy importante para nosotros, pero tenemos que abrirnos hacia nuevos mercados. Hay que intentar meter el morro como sea en Netflix, HBO y esa gente, que tiene mucha potencia financiera. En la ficción también está complicado, porque las productoras independientes, cada vez que apostamos en una película, ponemos en solfa casi la estructura de la empresa con unos niveles de riesgo muy importante. Y en los eventos hay una nueva posibilidad con las nuevas tecnologías. Son materias mixtas en las que nos defendemos. La televisión nos da mucha versatilidad y la ficción nos da un saber hacer sobre lectura de imagen.

¿Cuáles son los proyectos que tienen ahora encima de la mesa?

-Estamos rodando una película de ficción. En verano la montaremos. Y tenemos un par de proyectos que queremos mucho en ETB, las nuevas temporadas de Ur Handitan y de la programación infantil, que la compartimos con Pausoka. Esto es clave, porque estamos tendiendo hacia diferentes alianzas con empresas de nuestro entorno. Nos permite afrontar proyectos con garantías y el cúmulo de potencias entre las productoras va a más. Las directrices empresariales deben dar un impulso a trabajar conjuntamente. Creo que hay un hueco y creo que juntos podemos hacer frente a las grandes potencias del resto del Estado. Así podremos atraer el talento joven que está por ahí disperso, aunarlo y afrontar proyectos que intenten entrar a degüello al mercado estatal, europeo y mundial.