BAIONA. En una época en la que los programas basura ocupan cada vez más espacio en la programación de ciertos medios de comunicación, desde ayer y hasta el sábado, la edición 31 del Festival Internacional de Programas Audiovisuales de Biarritz tratará de mostrar que es posible elaborar programas inteligentes y de calidad.

A lo largo de la semana un centenar de obras audiovisuales, una tercera parte dirigidas por mujeres, competirán por los premios FIPA en siete secciones entre las que destacan las ficciones, los documentales o las series. Y el domingo se proyectarán de nuevo las obras galardonadas en el Casino Municipal, la Gare du Midi, le Bellevue, el cine le Royal o la sala le Colisée de la ciudad costera de Lapurdi que durante seis días acogerán a miles de personas.

La nueva presidenta del FIPA Anne Georget asegura que el objetivo de la cita es dar a conocer las mejores producciones actuales y fomentar los intercambios entre los profesionales del sector audiovisual. Habitualmente las obras presentadas en el FIPA consiguen llegar al gran público a través de las televisiones europeas. Los profesionales y el público pueden descubrir las últimas tendencias y las nuevas formas que surgen para contar historias y crear obras audiovisuales.

Tras Australia, Brasil, España o Canadá, coincidiendo con los encuentros entre Francia e Israel durante 2018, en esta nueva edición las producciones procedentes del estado judío ocuparán un lugar destacado. Los profesionales israelíes mostrarán en Biarritz algunas de sus mejores obras, entre ellas, el primer capítulo de la segunda temporada de la serie Fauda con el que el FIPA levantó el telón ayer por la tarde.

El director del FIPA François Sauvagnargues insiste que este capítulo se ha proyectado en Europa por primera vez en Biarritz. “La serie Fauda, que aborda el conflicto palestino-israelí, ha conseguido un gran éxito en Estados Unidos, en Netflix, y curiosamente también tanto en Israel como en Palestina. El argumento cuenta la vida de soldados israelíes que se infiltran en grupos palestinos”, explica Sauvagnargues.

Debate Tras proyectar documentales que evocan secretos sobre la personalidad de Vladímir Putin o las motivaciones de los salafistas y que crearon polémicas en ediciones anteriores sobre todo fuera de Biarritz, una vez más el FIPA no duda en invitar a personas que pueden provocar debates. “Pese a ser un país pequeño, en Israel el sector audiovisual tiene una vitalidad excepcional y muchas series han conseguido un éxito internacional como Vicky And Me o Ron”, asegura Georget. El proceso a favor de la independencia de Catalunya, la Segunda Guerra Mundial contada por personas que tenían entonces diez años o un documental sobre la historia del surf en Biarritz también se proyectarán estos días en Lapurdi.