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El Che, “guerrillero heróico” e icono pop

50 años después de la muerte, su imagen se replica en las tiendas de souvenirs de cuba

El Che, “guerrillero heróico” e icono pop

la célebre imagen del Che Guevara que inmortalizó Korda se replica en cada esquina de Cuba, en sedes de instituciones oficiales y escuelas en honor a quien fue “guerrillero heroico” de la Revolución, convertido también, a los 50 años de su muerte, en icono pop que se vende en las tiendas de souvenirs.

En la emblemática Plaza de la Revolución de La Habana, el protagonismo es para la efigie de Ernesto Che Guevara (1928-1967) sobre el edificio del Ministerio del Interior: él acapara las fotografías de los turistas, a los que a menudo se ve pasear por Cuba con réplicas de su mítica boina negra con la estrella al medio.

Esa boina, camisetas con su imagen, pinturas y postales se venden por doquier en los mercadillos de La Habana Vieja, el casco histórico de la ciudad, a los que acuden miles de turistas que visitan la isla en busca de recuerdos de su viaje. “Su imagen vende tanto como los carros (coches) americanos o la Bodeguita del Medio”, aseguró a Efe Freddy, un artesano que vende sus obras -collages en los que pinta esos símbolos de Cuba sobre ejemplares de Granma- en los Almacenes San José de La Habana Vieja.

El pintor Juan Manuel Hernández Fuentes pone a la venta en esos almacenes sus obras Pop Art, inspiradas en piezas de Andy Warhol, donde las sopas Campbell’s son rebautizadas como Revolution y el Che comparte espacio en el olimpo “pop” con figuras como Mickey Mouse, Marilyn Monroe o Barack Obama.

“En Cuba, el Che es un héroe, una figura histórica. Pero en el mundo entero es también un icono pop”, aseveró. “Como un homenaje a su legado y no con fines comerciales”, también Neida, una veterana artesana que lleva 20 años en el negocio, vende a un “precio razonable”, unos 15 dólares, carteles con el rostro del Che pintado a mano. Más allá del uso mercantil de la instantánea que en 1960 le tomó el cubano Alberto Díaz “Korda”, en la isla todavía hoy se utiliza la figura y legado del Che.

No en vano, los escolares cubanos antes de empezar las clases, cantan el himno de Cuba, izan la bandera y corean el lema “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”. También es frecuente que cuando culminan la enseñanza primaria, secundaria o universitaria, reciban como regalo obras clave de la literatura revolucionaria, como Pasajes de la guerra revolucionaria o el Diario del Che en Bolivia. Para difundir su legado y pensamiento, trabaja desde 1983 el Centro de Estudios Che Guevara, con sede en La Habana y dirigido por Aleida March, su segunda esposa.

BIOGRAFÍAS Alejado del aura mesiánica y heroica que le impregna el relato oficial de la Revolución, biografías bien documentadas como Che Guevara, del escritor y periodista Jon Lee Anderson, reflejan a un hombre de personalidad conflictiva, asiduo de las discusiones y amante de lo poco ortodoxo.

La versión oficial en Cuba apenas habla de su vida personal, ni del abolengo burgués de su familia en Argentina -aunque ya venido a menos cuando él nació en 1928-, ni mucho menos de las diferencias que mantuvo con Fidel Castro durante la lucha en la Sierra Maestra. De hecho, la edición cubana de Diario de un Combatiente, que se publicó en 2011, omite los tres primeros meses de la lucha del Ejército Rebelde contra el régimen de Fulgencio Batista porque Guevara cuestionaba las estrategias de guerra de Fidel, al que acusaba de ser poco disciplinado.

Al margen de lo controvertido de su figura, la Cuba comunista no habría sido lo mismo sin Guevara, ni él se habría convertido en el “guerrillero heroico” si no se hubiera iniciado en la lucha revolucionaria en la isla, donde se reveló como un combatiente valiente, audaz y un tanto temerario.