Donostia - La décimo quinta edición del Festival de Cine y Derechos Humanos concluirá hoy con el reconocimiento a la realizadora india Deepa Mehta, que recibirá el Premio especial a toda una carrera marcada por la “defensa de la mujer, un cierto instinto de rebeldía, la confrontación entre culturas y la dialéctica entre oriente y occidente”. Josemi Beltrán, responsable del certamen, elogió así a la galardonada, que recogió la distinción de manos del alcalde, Eneko Goia, quien también ensalzó el “cine comprometido” que la directora lleva haciendo 30 años con trabajos como la trilogía Fuego (1996), Tierra (1998) y Agua (2005).
El Victoria Eugenia acogerá esta tarde a las 16.30 horas la proyección gratuita de su última película, Anatomy of Violence (2016), que mezcla ficción y documental para abordar las violaciones en grupo en India. El filme parte de un suceso real que conmocionó a todo el país cuando en 2012 una joven fue violada en Nueva Delhi por un grupo de seis hombres a bordo de un autobús y dos semanas después falleció a consecuencia de las heridas internas.
A la hora de enfocar la historia, Mehta optó por un tono “crudo” cercano al documental de urgencia sin iluminación ni música ni efectos sonoros, lo cual se corresponde con la “brutalidad” de los hechos. Eludió recrear la violación para no volver a victimizar a la joven y tomó como modelo la novela A sangre fría, de Truman Capote, para centrarse en el punto de vista de los agresores, que fueron detenidos, juzgados y condenados a la horca. A tal efecto, realizó una investigación sobre sus vidas y añadió elementos de ficción para analizar qué pudo llevarles a cometer un acto tan salvaje -la miseria, la desestructuración familiar, la falta de educación y de moral...-, al tiempo que fabuló sobre los sueños y esperanzas que arrebataron a la víctima.
Según comentó la propia directora, un documental previo, India’s Daughter (2015), relata los mismos hechos con más medios pero convierte a la víctima “en una diosa o alguien no real”, por lo que ella prefirió utilizar su película para tratar de explicar “cómo se hace un violador”. “¿Nacen o se hacen? ¿Todos los hombres son monstruos? ¿Qué hace la sociedad para favorecer que surjan?”, se preguntó, sabedora de que su punto de vista puede resultar incómodo.
De hecho, un periodista abandonó airado la rueda de prensa de ayer al considerar que Anatomy of Violence muestra más empatía hacia los violadores que hacia la víctima, cuestión que la realizadora negó rotundamente. “Feliz” de que la película sirva para “generar diálogo”, Mehta destacó que son los hombres quienes acostumbran a reaccionar así ante la película, quizá porque tienen “sentimiento de culpabilidad”, y opinó que corresponde a ellos liderar la lucha para evitar a “los violadores del futuro”.
Deepa Mehta subrayó que su última obra es una “herramienta educativa” que está disponible gratuitamente para las ONG y universidades que puedan utilizarla para favorecer el diálogo y el cambio. No solo se ha empleado con ese fin en India, sino también en algunos centros de Islandia y Turquía. “Es una cuestión de educación y el problema solo se resolverá con la igualdad de género”, apuntó después de subrayar que aunque su película transcurre en su país, la violación es “una lacra global que no entiende de fronteras, géneros ni castas”.
Pese a que en su filmografía ha abordado temas como el sectarismo, las relaciones entre personas del mismo sexo o el papel de la religión y su impacto en las mujeres, dijo no considerarse una activista, pues es demasiado tímida para una tarea que además debe realizarse “a tiempo completo”. Por ello, prefirió definirse como una cineasta que confía en “concienciar” a la gente con su cine y que aspira a “entender los distintos modelos de sociedad” y “ampliar el diálogo sobre qué queremos como seres humanos”. “Siempre me he visto como una directora feminista, pero con los años me veo más como humanista”, concluyó.
Clausura La entrega del premio que en años anteriores recibieron personalidades como Elías Querejeta, José Luis Borau o Patricio Guzmán se escenificará de nuevo en la gala de clausura, que tendrá lugar a las 20.00 horas en el Victoria Eugenia. Allí se proyectará el último filme de esta edición, Glory (2016), en el que Philippe Faucon aborda el problema de la corrupción en Bulgaria a través de la historia de un trabajador de los ferrocarriles que una mañana encuentra en las vías una bolsa con una gran cantidad de dinero y avisa a la Policía. Acorraladas por un caso de corrupción, las autoridades del Ministerio de Transportes le conceden un premio para dar una noticia positiva.