Felipe Cabrerizo publicó hace un año su biografía de Serge Gainsbourg, Elefantes Rosas, editada por Expediciones Polares. Entonces prometieron dedicar un libro anual a alguna figura de la música europea coincidiendo con la celebración del Festival de Cine Documental Musical Dock Of The Bay, que comparte dirección con la editorial donostiarra. Dicho y hecho. Este viernes, la librería Garoa acogerá la presentación de La desesperación de los simios y otras bagatelas, las memorias de Françoise Hardy traducidas al español por el propio Cabrerizo. “Tal y como está el mercado es un logro. El libro de Gainsbourg ha funcionado bien y nos ha permitido cumplir la promesa y quedar como hombres de honor”, bromea el conductor del espacio radiofónico Psycho Beat!, que huye de la música anglosajona para centrarse en el ye-yé francés e italiano de los años 60 y 70.
Preguntado por la elección para la nueva entrega de la colección Psycho Beat! de Expediciones Polares, el traductor responde: “Françoise Hardy debía estar porque tenemos absoluta devoción por ella y es una estrella fundamental en el Olimpo de las cantantes francesas. Además, tiene un corpus discográfico potente y una carrera que ha sabido llevar con independencia”. En una visita a París, Cabrerizo encontró las memorias, publicadas hace una década en Francia, y se enamoró de ellas. “Me pareció un libro apasionante porque está escrito con vocación literaria y su autora, en un terreno o en otro, no se calla nada: funciona como una confesión a corazón abierto, no se calla nada y se lanza a tumba abierta a contarlo todo”, precisa.
Hardy nació en París en 1944 en el seno de una familia humilde y sintió la llamada de la música en los años 60, cuando descubrió una cadena de radio que emitía rock and roll en Francia por primera vez. Se hizo con una guitarra y empezó a componer y cantar sus propios temas sin demasiadas expectativas, hasta que un “episodio fundamental” cambió su vida. En una pausa de la noche electoral del 28 de octubre de 1962, Hardy apareció en televisión cantando Tous les garçons et les filles, un tema que su discográfica no quería lanzar como single pero que terminó por convertirse en su primer y mayor éxito. La canción pulverizó las listas de ventas, ventiló más de dos millones de discos y convirtió a la intérprete en icono planetario.
“Le atrajo a un destino que no esperaba ni ambicionaba”, explica Cabrerizo, quien destaca su posterior paso “del ye-yé inicial a otros estilos como el rock o la psicodelia”. El traductor de las memorias de Hardy sitúa el disco Message personnel (1973) en la “edad de oro” de una carrera que supera la treintena de álbumes y en la que buena parte de las canciones llevan su firma. “Como ella ha reconocido, con el paso del tiempo ha ido perdiendo el pulso de la composición y ha recurrido a otros autores, pero ha sabido mantener la identidad propia de su música y ha confiado en productores que le han marcado la línea a seguir”, afirma.
Memorias confesionales Pero si por algo destacan estas memorias es por su carácter “confesional”. Hardy exhibe una “sinceridad absoluta” y “dentro de la discreción con la que se maneja, no hace grandes revelaciones sobre el mundo de la música y sobre sus colegas, sino que se centra en su propia vida y habla de ella con una franqueza apabullante”. Felipe Cabrerizo califica de “difíciles de digerir” los pasajes dedicados a su relación con Jacques Dutronc, cantante y actor con el que se casó a principios de los años 80 tras una larga relación. “La detallada descripción de su atípico matrimonio es absolutamente pavorosa porque pese a su condición de gran estrella, Françoise Hardy no tiene problemas en contar con sinceridad situaciones que la miserabilizan. Dutronc no tenía ningún reparo en someter a la gente de su entorno y entre ellos se estableció una relación casi sadomasoquista en la que ella tomó una posición de servidumbre hacia él”, apunta. La cantante, sin embargo, no abandonó la música y se repensó de otras maneras lanzándose a la producción de cantantes desconocidos y a introducirse en terrenos nuevos como el blues o la música brasileña.
Asimismo, Cabrerizo subraya la “vocación literaria” de unas memorias que se distancian de la “egolatría” presente en otros libros del subgénero, muy dados a contar “historias de caída, auge y redención” y a repasar los grandes éxitos de ciertos artistas. “Ella no se detiene en esas cuestiones porque está claro que tiene un bagaje de lecturas y su intención es hacer literatura y no entregar un mero anecdotario”, agrega.
Con todo, y para los más aficionados al chascarrillo, el libro también refleja sus encuentros con personajes como Mick Jagger, Paul McCartney, Serge Gainsbourg o el más reciente Premio Nobel de Literatura, que incluyó un poema titulado For Françoise Hardy at the Sena’s Edge en la contraportada de su disco Another Side Of Bob Dylan (1964). Entre sus amistades también se cuentan la de otro músico, Nick Drake, al que promocionó con ahínco en Francia, y la del escritor Michel Houellebecq, a quien Hardy, aficionada a la astrología, leyó su carta astral en el marco de una serie de colaboraciones periodísticas.
Un último apunte. Quien desee conocer el enigma oculto tras el título La desesperación de los simios... y otras bagatelas deberá leer la autobiografía porque la incógnita “se revela en el último párrafo”. “Es un spoiler de tal calibre que no se puede descubrir”, asegura Cabrerizo, que este viernes a las 19.30 horas presentará el libro junto a Iban Petit, editor de Expediciones Polares. Finalmente no podrá acudir el periodista Diego Manrique, autor del prólogo, ni la propia François Hardy, a quien habían tanteado para una eventual visita que su estado de salud no ha permitido.
¿Y en 2018? ¿Habrá nueva entrega de la colección Pyscho Beat? “Por supuesto. Queremos cubrir el hueco de un sector, el de las publicaciones sobre música, copado por los nombres ingleses y americanos. La idea es sacar un título al año sobre figuras europeas como Hardy, que no tenían su propio libro en castellano. En principio, el del año que viene lo estoy escribiendo yo. El trabajo sobre Gainsbourg me abrió muchas puertas y es posible que la próxima entrega esté centrada en otra estrella fundamental de la música gala”, concluye.