Donostia - El Auditorio Kursaal albergará el 5 de noviembre (20.00 horas) una cita inédita que reunirá en el mismo escenario al Mariachi Vargas de Tecalitlán y al Orfeón Donostiarra, iconos de la cultura mexicana y vasca, respectivamente. Ambas formaciones nacieron en 1897 y pese a su longevidad, jamás habían coincidido en una actuación. En la función de Donostia, para la que apenas quedan ya entradas a un precio único de 28 euros, interpretarán un repertorio trufado de clásicos aztecas y euskaldunes; además, los mariachis incluso se atreverán a cantar en euskera.

Según apuntó ayer en rueda de prensa Salvador Arriola, de la Secretaría General Iberoamericana, el Mariachi Vargas es una agrupación musical centenaria considerada como “la principal manifestación popular en México”. La actual es la quinta generación de la banda mexicana que fundó a finales del siglo XIX Don Gaspar Vargas, que en 1944 fue relevado por Rubén Fuentes, todavía hoy su director musical. Arriola destacó que la colaboración de los “dos iconos” tendrá lugar en el 25º aniversario de la primera Cumbre Iberoamericana de jefes de estado y de gobierno que, celebrada en Guadalajara (México), apostó por “avanzar a través de la cultura con propuestas que vinculen más y mejor a los pueblos iberoamericanos”.

Por su parte, el director del Orfeón, José Antonio Sainz Alfaro, explicó que el Mariachi empezará la sesión en solitario con varias canciones mexicanas y una versión de Maitechu mía. Después, a los trece músicos se les unirá un centenar largo de orfeonistas para interpretar al unísono piezas como La llorona, un popurrí ranchero o un Txoria txori vasco-mexicano.

En la segunda parte el Mariachi volverá a alternar composiciones de su país con obras como Maite, de Pablo Sorozabal, y ya en la recta final, con el Orfeón de vuelta, sonarán himnos como Cucurrucucú Paloma, La Adelita, Cielito Lindo o México lindo y querido.

Sainz Alfaro, a quien le gustaría repetir esta experiencia en Bilbao y Madrid, recordó que el Orfeón está más acostumbrado a cantar obras de Brahms, Beethoven o Palestrina, por lo que consideró un “orgullo” interpretar un repertorio novedoso para ellos: “Nos da la oportunidad de salir de la rutina para mostrar al público que somos versátiles y podemos abarcar estilos diferentes”.

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, declaró su “enorme satisfacción” ante un concierto cuyo éxito vaticinó. “Cuando estamos en torno a una mesa ya en los postres, los vascos solemos empezar cantando Isil-isilik y a medida que nos vamos calentando, acabamos con las rancheras. El día 5 va a ser eso mismo pero a lo grande”, prometió el primer edil, que recordó que la cita está enmarcada en la línea Conversaciones de Donostia 2016. Su director general, Pablo Berástegui, afirmó que la música es “un excelente vehículo para poner en relación distintas culturas”