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Los discípulos franciscanos de Jorge Oteiza

ÁLVAREZ DE | Eulate, Iriondo, Arriola y Egaña protagonizan una muestra colectiva en Gandiaga Topagunea

Los discípulos franciscanos de Jorge Oteiza

El centro cultural Gandiaga Topagunea de Arantzazu inaugurará el 2 de septiembre la exposición colectiva El taller de Arantzazu, que hasta el 16 de octubre reunirá obras pictóricas y esculturas de Xavier Álvarez de Eulate, Jose Luis Iriondo, Juan Arriola y Xabier Egaña, artistas franciscanos que trabajaron bajo el influjo del maestro Jorge Oteiza. En una rueda de prensa celebrada en el centro Koldo Mitxelena, el comisario de la muestra, Edorta Kortadi, recordó ayer que los cuatro creadores buscaban un lenguaje artístico propio cuando Oteiza trabajó junto a otros artistas en la decoración de la nueva basílica, a la que aportó su famoso friso de apóstoles.

A su juicio, los artistas franciscanos “se vieron inmersos en la vorágine de los artistas que construyeron el santuario”, entre quienes destacan no solo Oteiza, sino también Eduardo Chillida, Lucio Muñoz y Nestor Basterretxea. “Eran artistas de gran talla. Arantzazu fue un reto, una aventura, una propuesta de riesgo, una puesta al día de la religiosidad y del arte del País Vasco a mediados del siglo XX. Y el país, y Arantzazu, salieron ganando, como también ganaron los frailes artistas que ya trabajaban en el taller de oración y creación del santuario”, explicó Kortadi antes de añadir que Oteiza ejerció de influencia “directa o indirecta” y también de “revulsivo y acicate”. Según indica el comisario, Álvarez de Eulate, Iriondo, Arriola y Egaña son artistas “excelentes, interesantes, experimentadores y buscadores de sus propios hallazagos”. “Sus obras siguen estando aquí, vivas, frescas y retadoras. Siguen reclamando un espacio y un tiempo para su contemplación y para el deleite de la inteligencia y del alma. Siguen buscando personas abiertas que las admiren y las conviertan en obras propias”, escribe en el catálogo de una exposición organizada por la asociación Arantzazuko Adiskideak y por la Fundación Arantzazu Gaur.

Los cuarto artistas

Xavier Álvarez de Eulate (Donostia, 1919-Olite, 2012) es reconocido por ser el autor de las coloridas vidrieras del santuario de Arantzazu. En los años 50 abandonó la Academia de Bellas Artes de Madrid porque prefería “un aprendizaje más vital cerca de Jorge Oteiza”. Su trabajo artístico, con el que pretendía “comunicar un sentido de trascendencia, paz y esperanza”, abarcó la figuración y la abstracción.

Por su parte, Jose Luis Iriondo (Donostia, 1931-Bermeo, 2001) fue un “magnífico y prolífico” dibujante que utilizó una “dulce figuración” para decorar numerosos templos de Euskal Herria y de Latinoamérica. Admirador del pintor realista Aurelio Arteta, cultivó temas religiosos y representaciones del ámbito rural y del costumbrismo vasco para captar la cotidianidad de los campesinos, los pescadores, los levantadores de piedra o los remeros.

Juan Arriola (Xemein, 1940) aportó su lenguaje en la escultura y las construcciones realizadas con materiales de desecho (sillas, puertas, chapas, latas, tuercas?) en la línea del arte povera, influenciado precisamente por el voto de pobreza de la orden franciscana que abandonó en los años 70. La clave de su estilo la encontró en un comentario que escuchó al pintor Lucio Muñoz cuando trabajaba en la decoración del ábside de la Basílica: “¿Y por qué no han de ser artísticas también las latas de conserva?”

Finalmente, Xabier Egaña (Las Arenas, 1943) es autor de las pinturas murales que rodean el Camarín de la Virgen de Arantzazu, realizadas en 1979 y en las que los cuerpos representados se rompen en escorzos imposibles que ya delataban los rasgos de su lenguaje artístico: el expresionismo colorista cercano a las tendencias alemanas. En todo este tiempo ha realizado todo tipo de proyectos y actualmente trabaja en la decoración mural Pinturas para la vida de la iglesia de Antezana de Foronda.