irun - La ciudad de Irun recibió ayer un bonito y emotivo regalo proviniente de México. Javier Miquelajauregui Aranaz, de 77 años de edad e hijo de irundarras que tuvieron que exiliarse tras la Guerra Civil, hizo entrega a la Asociación Lírica Luis Mariano de una bandera de la ciudad que el propio artista regaló, en el año 1955, a irundarras que vivían en el país azteca.
Ángel Pazos, cofundador y director artístico de la asociación que trabaja por mantener vivo el legado del Príncipe de la Opereta, recibió la enseña de manos del propio Javier Miquelajauregui, y en presencia, entre otros, de la edil de Cultura del Ayuntamiento de Irun, Juancal Eizaguirre, y de José Luis Azcue, quien fuera pianista del universal tenor irundarra.
La enseña llegó ayer a Irun fruto de una casualidad. Su donante conoció hace un año a dos hondarribiarras, Victoriano Atxaga y Koro Arzak, en un viaje a Tailandia, y allí les contó la historia de esta bandera y su deseo de devolverla a Irun. Deseo que se hizo realidad ayer.
En una carta leída en su nombre por Pazos, Miquelajauregui se presentaba como “uno de muchos iruneses que tuvieron que exiliarse con la guerra; de esas familias que ya en los años 40 y 50, seguían reuniéndose en México para celebrar sus fiestas, improvisando incluso su Alarde de San Marcial cada año, y siempre, con una pequeña bandera de Irun presidiendo aquellos encuentros”.
Luis Mariano, en uno de sus viajes a México, se encontró con estos irundarras y les prometió una bandera de la ciudad. “Él mismo se la encargó a las Carmelitas Descalzas, que la bordaron en raso de seda y le pusieron la inscripción en el reverso, que reza A los iruneses de México, su amigo Luis Mariano”, afirmó Miquelajauregui, quien recordaba, emocionado, que “esta bandera llegó incluso a cubrir los ataúdes de irundarras fallecidos en el exilio”.
Una foto de 1955 da fe de la entrega de aquella bandera. Ayer mismo, dos de las irunesas que aparecen en aquella imagen, María Luisa Martínez, de 79 años y Pilar Martín, de 82, eran testigos de la vuelta de la enseña a su ciudad. Una bandera cuya historia es “una muestra de la talla humana que tenía Luis Mariano” destacó Ángel Pazos, “muy agradecido” por el gesto de Javier Miquelajauregui y su familia.