donostia - Los lectores en euskera cuentan desde ayer con la posibilidad de disfrutar de Sumisioa, la traducción realizada por Gerardo Markuleta de la última obra de Michel Houellebecq en la que este polémico autor dibuja una Francia en 2022 gobernada por un partido islamista. La novela Soumission llegó a las librerías francesas el pasado 7 de enero, el mismo día en que dos terroristas islámicos atentaron contra el semanario satírico Charlie Hebdo por haber publicado caricaturas del profeta Mahoma.

La versión en euskera se publica seis días después de que varios comandos yihadistas provocaran 129 muertos y más de 300 heridos en diversos ataques indiscriminados en París, unos hechos que el editor de Meettok (que ha publicado la obra en esta lengua), Ramón Etxebeste, considera tangenciales a la novela.

“El propio Houellebecq (Isla de la Reunión, 1956) ha remarcado en varias entrevistas que se trata de una novela-ficción”, señaló Etxebeste, que interpreta Sumisioa como un “retrato” que se sumerge “en el fondo” de los grandes cambios económicos, culturales o políticos que se han producido en las sociedades occidentales en las últimas décadas.

Sumisioa, la primera traducción al euskera del autor de Las partículas elementales, se adentra en la vida de François, un profesor de universidad que tras la victoria de las elecciones del islamista moderado Mohammed Ben Abbés se plantea abrazar la fe islámica. Markuleta ha rechazado el carácter visionario que algunos atribuyen a Houllebecq, “que no alude en su último trabajo a ningún atentado”, sino que se centra en un hipotético partido moderado “que llega al poder por las urnas”. El autor francés “va más allá” y “se atreve a plantear temas que otros autores no”, indicó Markuleta, que aprecia que en la novela tiene más peso la visión crítica de la sociedad gala que la supuesta irrupción de un islam moderado en el poder.

Sumisioa arremete contra el sistema universitario, la sociedad francesa, en particular, y la occidental en general, donde la familia y los lazos personales están deshechos, afirmó Markuleta, que subraya que de estos ataques no escapa “ni siquiera la gastronomía”.

Cuando aceptó el encargo, Markuleta, que no había leído antes la novela, reconoció que pensaba encontrarse ante un “panfleto islamófobo”, pero ahora considera que la obra no puede definirse como un ataque a la fe de Mahoma, aunque su autor “sí ha hecho declaraciones que pueden interpretarse de esa manera en entrevistas”. De hecho, el libro desató la polémica en Francia hasta el punto de que algunos medios como el diario de izquierda Libération vieron en sus páginas una manera de “calentar el asiento a Marine Le Pen”, la líder del ultraderechista Frente Nacional. - Efe