un hotel del primer tercio del siglo XX, un salón con banderas rojigualdas, militares circulando por él, vestuario de décadas ya lejanas y de fondo la música de un aurresku. Nada tiene que ver con la realidad porque es un viaje al pasado, es ficción, y hemos dejado de lado 2015 para sumergirnos en 1956 y mirar de frente un tiempo diferente con una distancia de casi seis décadas. Hemos entrado en el mundo de Etxegi, el pueblo costero ficticio y turístico, convertido en escenario de la nueva serie de ETB-1, Aitaren etxea.

Muebles de madera oscura, sillones con cretona de la época de vivos colores y estampados, un ascensor que muchos espectadores no pueden ni recordar, crean un ambiente incomparable para una serie de los años 50. El hotel Arocena estuvo en funcionamiento hasta diciembre, fue un punto de reunión importante para las personas aficionadas a tomar las aguas de Zestoa a las que siempre se les han atribuido efectos beneficiosos para la salud.

rodaje Loreto Mauleón, Nagore Aranburu, Miren Gaztañaga, Félix Arkarazo, Kandido Uranga, Ander Azurmendi, Iñigo Aranburu, Patxi Santamaría, Olatz Beobide e Inma Fernández, entre otros, son los actores que han participado en las escenas grabadas esta semana en el hotel Arocena de Zestoa. Aitaren etxea abrió las puertas de la grabación de esta serie a este periódico uno de los días de máximo calor registrado este verano. Traspasar la puerta principal del hotel es volver la vista al pasado, entrar en los tiempos duros de la dictadura franquista, observar una moda que nada tiene que ver con la actual y que nos lleva a un punto de la historia reciente que habla de las primeras huelgas laborales tras la Guerra Civil, de reivindicaciones obreras y sociales y de lucha entre los que lucharon en un bando y los que apostaron por otro.

La historia que los espectadores de ETB-1 podrán ver a partir de septiembre narra el amor imposible de dos jóvenes, Irene Egaña y José Ramón Zelaia (Loreto Mauleón y Ander Azurmendi) cuyas familias tienen ideologías enfrentadas: la de ella es franquista, su padre es el actual alcalde de Etxegi; y la de él luchó en la guerra en el bando republicano y son los propietarios de un hotel.

Hay un alto en el rodaje, Ander Azurmendi ha bailado varias veces el aurresku para conseguir la secuencia deseada, está cansado, también sus compañeros, y es tiempo para reponer fuerzas: “Llevamos desde las 8.00 de la mañana y necesito comer algo”, comenta Loreto Mauleón, su aspecto nada tiene que ver con el habitual de una joven que aún no ha cumplido los 30. Del look casual y desenfadado ha pasado a llevar un vestido que da calor solo con mirarlo; eso sí glamuroso y de fiesta, ella representa a la hija de la familia pudiente, un peinado elaborado e imposible en el día a día actual y un maquillaje muy cuidado. Los actores se dirigen a una estancia del hotel donde hay dispuesto un tentempié y botellines de agua. Allí se juntan guardias civiles y militares que se desabrochan la guerrera para aliviar el calor que están pasando

“Grabar en decorados naturales es la tendencia que se está llevando en las series. Mirando escenarios de los años 50 hemos cogido como localización este hotel de Zestoa. Está gestionado por los Zelaia. Es una época en la que comienzan las primeras huelgas laborales y el escenario es Legazpi; en este municipio se ha grabado todo lo que son calles obreras, fábrica y despachos. Hay una casa de época y también se hará la casa del médico del pueblo”, señala Jabi Elortegi, director de la nueva serie con Euskal Telebista, que comenta la intensidad de esta grabación que terminará dentro de diez días. Patxi Santamaría quiere salir de la sotana que viste lo antes posible, refunfuña e intenta aflojar el alzacuellos: “Soy don Pablo, y como supongo que ya habéis deducido, el cura del pueblo”. No le queda más remedio que volver al salón del hotel, ahora plató de la serie, y posar para ver y escuchar el aurresku.

El escenario de la serie en las tramas que se han grabado esta semana es excepcional. El hotel Arocena de Zestoa fue construido hacia 1910 y reúne todos los elementos necesarios para ambientar una serie de época y situarla en 1956: “Fue una casualidad encontrarlo. Yo había quedado en otro lugar, pensé que éste era el Hotel Balneario de Zestoa, no era así. Me fascinó desde el momento en que lo vi. Es ideal para lo que estamos haciendo. Tiene las habitaciones, los despachos, tiene ese tono que nos lleva al año que queremos grabar”, señaló a este periódico Jabi Elortegi.