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“Siempre me he visto como una reportera a la que a veces llaman para presentar”

Esta periodista vasca copresenta desde el pasado lunes el primer informativo del día en la cadena líder de Mediaset acompañada por Roberto Fernández

“Siempre me he visto como una reportera a la que a veces llaman para presentar”Mediaset

donostia - Aunque es un horario atípico, Ane Ibarzabal (Durango, 1982) no es novata en la tarea porque el año pasado cubrió la baja por maternidad de Leticia Iglesias, que ahora abandona Telecinco. Llegó a Cuatro con 22 años y a CNN+ con 23. Antes pasó por ETB (Palabra de ley) con una beca de la universidad. Desde que estudiaba tuvo claro que quería trabajar en televisión y ya lleva una década. Desde esta semana abre la persiana de la cadena líder tanto en la CAV como en el Estado. No está nerviosa, sino que le hace “muchísima ilusión” encender las luces del día con el informativo más madrugador.

Con la experiencia que adquirió los siete meses de 2013 que estuvo en este puesto, ¿cómo afronta la nueva etapa?

-Es un horario complicado porque vas al revés que todo el mundo, contracorriente, pero tiene cosas muy buenas. Lo que más cuesta es sacar los pies de la cama, pero una vez que llego a la redacción, en la que a esa hora hay poca gente y somos como una familia, hay aspectos muy positivos.

¿Y cuál es ese momento de poner los pies en la tierra?

-La una de la madrugada, como muy tarde la una y cuarto.

Entonces tiene que dormirse sin ver los informativos de la noche...

-Depende de cómo me organice. El año pasado no lo hice muy bien porque dormía un rato por la mañana, me levantaba a comer, después iba a clase o al gimnasio, veía el informativo de las ocho en Cuatro y volvía a la cama unas pocas horas. Dormía una media de cinco horas diarias, partidas y mal.

¿Y cómo hará esta vez?

-Voy a intentar ser más disciplinada y aguantar despierta desde que salga a las nueve hasta las seis de la tarde y dormir de un tirón hasta la una. Es muy difícil terminar en la tele, llegar a casa todavía con la tensión del informativo y dormirte. Es la única pega de este horario.

¿Ya ha dicho a los vecinos que no hagan ruido, que tiene que dormir de día?

-No, a mí me encanta dormir con ruido, siempre con la tele o con la radio. El problema no son los ruidos, sino el cambio de horario continuo que me produce una sensación extraña porque los fines de semana la rutina es otra.

¿Cuántos cafés hacen falta para trabajar así?

-No soy nada cafetera, en este horario solo tomo uno cuando me levanto por la noche porque si no, no aguanto.

¿A qué recurre para lucir radiante a esas horas?

-Al fantástico trabajo de mis compañeras de maquillaje y peluquería. ¡Hacen milagros!

¿Impresiona salir de casa con esa oscuridad, sin gente por la calle?

-Se hace raro, pero te acostumbras. El cuerpo se hace a todo. Hasta ahora mi horario era completamente diferente, terminaba a las nueve de la noche. También echaré de menos el día a día en una redacción con mucha gente porque me gusta hablar con unos y con otros.

Mientras se dirige al trabajo y se cruza con tan pocas personas y coches, ¿le entra la duda de si se habrá levantado alguien para cuando empiece a dar noticias?

-Noooo, a las seis y media se empieza a despertar la gente y estoy ahí para darles los buenos días.

Y para algo más, porque aún no se ha inventado nada para mirar Internet mientras se duerme...

-Claro, es el informativo para contar a la gente las primeras noticias del día. Nos sucedió con el accidente de tren de Galicia, que fue una noche larguísima y nos tocó a nosotros contar los datos definitivos.

En diez años en televisión ha presentado informativos tanto sola como acompañada. Para afrontar dos horas y media en directo parece mejor lo segundo...

-Roberto Fernández, al que conocí en CNN+, es un supercompañero. Es mucho tiempo en directo y tener alguien al lado ayuda mucho y lo hace más ameno y llevadero.

Cuando se fue de CNN+ le duró mucho la nostalgia...

-¡Todavía me dura porque además quedó mucha gente en el camino!

...¿Y ahora? Es la misma casa y el mismo equipo pero otro plató, otros logotipos...

-No me lo he planteado porque es el mismo sitio y la misma gente, no me voy físicamente. Somos lo mismo, solo se trata de un cambio de horario aunque me da mucha pena dejar a mis compañeros de tarde.

También tendrá que dejar de hacer reportajes en la calle, algo que siempre le ha gustado mucho.

-Claro, pero yo siempre me he visto como una reportera a la que ocasionalmente llaman para presentar un informativo. Hasta ahora siempre han sido sustituciones y en este mundo nunca sabes dónde vas a estar mañana. Tengo la ventaja de que estoy tan feliz en la calle como en el plató, me gusta este trabajo en todas sus vertientes.

También se aleja de su sueño de la corresponsalía en Roma y de hacer directos con el Vaticano de fondo...

-Nooooo, nunca se sabe. No tengo ni idea de dónde voy a terminar.

Los periodistas que coinciden con este Papa están viviendo una experiencia única.

-Por supuesto, está dando un vuelco importante a la Iglesia católica. ¡Un Papa que llama por teléfono a una víctima de abusos! Nunca ha habido un pontífice igual de accesible para la prensa y para cualquier persona, como el chico que le escribió esa carta. ¡Seguro que jamás imaginó que le iba a responder y menos a telefonear!

El mundo se dirige desde Berlín, Pekín, Moscú..., pero usted sigue empeñada en trabajar en la capital italiana. ¿Hay algún secreto que no comparte?

-Es porque en Italia he tenido vivencias que me han marcado mucho. Soy muy nostálgica, pero sé que la vida me puede llevar a un montón de sitios.

Con 32 años -que cumple hoy- ¿se ve en un estudio para siempre?

-No se trata de cómo me vea yo, intento vivir al día porque cambia todo mucho. Me amoldo a lo que vaya surgiendo.

En otras etapas los temas clave han sido los económicos y los internacionales. Ahora es la corrupción. ¿Alguien le ha dicho que prefiere no ver ni oír los informativos?

-Mucha gente, y lo entiendo. Pero hay que contarlo, es tremendo lo que ha estado pasando y es muy importante la labor que estamos haciendo los medios de comunicación. Ahora somos indispensables.

Con este horario, ¿podrá ir a Durango más o menos?

-Más porque estoy libre desde el viernes a las nueve de la mañana y puedo aprovecharlo entero.