Síguenos en redes sociales:

Nosferatu, en la barricada obrera

Donostia Kultura dedica un ciclo de 22 películas a la clase trabajadora

Nosferatu, en la barricada obreraFoto: N.G.

Donostia - En 1895, año de la invención del cinematógrafo, los Lumière realizaron la primera proyección pública de la historia: 45 segundos de imágenes que mostraban a los obreros saliendo de la fábrica que los célebres hermanos tenían en Lyon... 120 años y millones de películas después, el universo laboral continúa alimentando muchas de las mejores historias alumbradas por el Séptimo Arte.

La programación Nosferatu ha recuperado varios de esos filmes y los ha incluido en el ciclo La clase obrera en el cine, que desde este miércoles y hasta el 3 de junio de 2015, incluirá 22 títulos de directores como Chaplin, Ozu, Renoir, Loach, Eisenstein, Berlanga, Kaurismäki o Scorsese. Siempre en miércoles, y a las 20.00 horas, el Teatro Principal de Donostia permitirá revisar o descubrir películas que se han acercado a las vidas de los obreros y obreras, que han relatado sus grandezas y sus miserias, su lucha por la supervivencia o por mejorar sus condiciones de vida, sus victorias y sus fracasos, su vida y su muerte...

Según explicó Josemi Beltrán, director de la Unidad de Cine de Donostia Kultura, esta retrospectiva temática comenzará el día 19 con la proyección de El último (1924), una de las obras maestras mudas de F. W. Murnau que podrá seguirse con música en directo del pianista Javier Pérez de Azpeitia. Además, al inicio de la sesión se proyectará La salida de los obreros de la fábrica (1895), de Louis Lumière.

Un ciclo Y UN LIBRO La clase obrera en el cine seguirá un orden cronológico y mostrará clásicos como La huelga (1924), Tiempos modernos (1936), Las uvas de la ira (1940), La sal de la tierra (1954), Plácido (1960) o Novecento (1976), que debido a su larga duración se proyectará en dos días consecutivos. También se han seleccionado obras no tan conocidas como Harlan County, USA (1975), La clase obrera va al paraíso (1972) o La Patagonia rebelde (1974). “Podrían haber sido otros títulos, podrían haber sido muchos más, pero son los que son por motivos de disponibilidad y de calidad de las copias”, aseguró Beltrán, que ensalzó este “cine militante” que no solo cuenta historias de obreros, sino que también “muestra el compromiso de los cineastas”.

Además, como es habitual, el ciclo cuenta con su propia publicación, coordinada por el crítico Carlos F. Heredero y por Joxean Fernández, director de la Filmoteca Vasca. Esta última institución y Donostia Kultura coproducen el libro De Lumière a Kaurismäki. La clase obrera en el cine, del que se ha publicado una versión reducida en euskera.

Heredero, antiguo colaborador de Nosferatu y de la Filmoteca, calificó de “fascinante” el reto de abordar un tema tan prolijo. El libro traza un marco histórico y contiene apuntes acerca de la representación del pasado, el cine político y militante, y la vanguardia. El grueso de la publicación lo ocupan artículos sobre la presencia de la clase obrera en el cine mudo de EEUU -“un tema del que no se ha publicado nada o casi nada en el Estado”-, la época de la revolución rusa, la república de Weimar, la Gran Depresión y el New Deal, el Frente Popular de Francia, el Free Cinema inglés o el neorrealismo italiano. Acompañados de una extensa filmografía, también hay textos sobre las películas de la España franquista, el cine latinoamericano y japonés, el estadounidense de los años 50-80, el anti-thatcherismo y la crisis del siglo XXI.

A la pregunta de si hay menos conciencia de clase en el cine actual, Carlos F. Heredero respondió afirmativamente. “Pero es porque esa conciencia tampoco existe en la sociedad y al fin y al cabo, el cine solo es reflejo de lo que ocurre en la sociedad. Vivimos en un momento en el que las conquistas obreras están retrocediendo ante un capitalismo salvaje sin que en España ni Europa haya una movilización importante”, sostuvo el crítico, que justificó de ese modo que no haya “ningún brote” de cine militante salvo el caso de directores concretos que abordan recurrentemente el tema: “Ahora ya no hay movimientos como el Free Cinema o el neorrealismo, en los que todas las películas estaban llenas de obreros”.