parís - Varios descendientes de Peggy Guggenheim (1898-1979) han convocado ante la Justicia francesa a la Fundación Solomon Guggenheim, que administra en Venecia la colección de su abuela, alegando una violación de las voluntades de ésta.
Los descendientes denuncian el "cinismo comercial" de la Fundación basada en Nueva York y la "desnaturalización" de este lugar artístico concebido por Peggy Guggenheim, según declaraciones de Laurence Tâcu, exesposa de Sandro Rumney, uno de los nietos de la coleccionista. Un tribunal de París examinará el caso el 21 de mayo.
Rica y excéntrica heredera, así como gran mecenas, Peggy Guggenheim -que tuvo varios maridos, entre ellos Max Ernst- constituyó a partir de los años 1930 una excepcional colección de arte moderno, que instaló un palacio veneciano, ubicado a lo largo del Gran Canal. En apenas 23 años, amasó la mayor colección privada de artistas del siglo XX.
Cansada de que su vida girara en torno a sus fracasos amorosos, y siguiendo la inclinación familiar de apoyar proyectos humanitarios o artísticos (su tío Solomon fue quien fundó el museo Guggenheim de Nueva York), Peggy decidió abrir una galería de arte en 1938, con una exposición de Jean Cocteau.
Le siguió una retrospectiva de Kandinsky y luego una polémica muestra de esculturas de Arp, Brancusi y Duchamp, que las autoridades aduaneras no querían dejar entrar por considerarlas ''no arte''.
Dificultades Sin embargo, las dificultades fueron enormes, dado que en esa época el arte no figurativo, al que le había echado el ojo, no era justamente el que más se vendía. Encontró apoyo en el artista de vanguardia Marcel Duchamp. En 1941, se casó finalmente con su gran amor, el surrealista Max Ernst. La pareja se trasladó a Nueva York, para preservar la colección de Peggy de la II Guerra Mundial y fundar una galería con el nombre Art of This Century. Peggy apoyó en esa época sobre todo a Jackson Pollock.
Donó su condición a la Fundación Solomon Guggenheim, presidida entonces por su primo Harry Guggenheim, pero bajo ciertas condiciones, entre ellas que la colección permaneciera en el Palazzo Venier dei Leoni. "Sin embargo esas condiciones no han sido en absoluto respetadas" afirma Tâcu. Además, el jardín del palacio ha sido "desnaturalizado", según ella. Alberga la sepultura de Peggy Guggenheim, junto a las de sus perros. El entorno de la sepultura se ha convertido en un "lugar comercial, lucrativo", ya que es alquilado todo el año para acontecimientos privados, se lamenta Tâcu. - Agencias