londres. Con pelo corto y negro, piel tersa y estilismos propios de la época, las fotografías de una joven Madonna, desnuda o casi, iniciaban ayer su particular vuelta al mundo a través de Internet después de que su actual propietario, Jeremy Frommer, decidiera sacarlas a subasta.

Madonna es hoy una superestrella mundial cuya fortuna está calculada en algo más de 500 millones de euros, pero por entonces era una desconocida de 18 años que buscaba la fama como bailarina. La propia diva del pop ya dijo hace unas semanas que antes de ser famosa posó en cueros para varios artistas, y las imágenes son parte de ese pasado.

Según recordó ayer Herman Kulkens, el autor de las imágenes, en el diario británico Daily Mail, nunca ha olvidado la impresión que le causó Madonna cuando la conoció. "Su cara me recordó a Cleopatra", rememoró el artista.

Madonna recibió menos de diez euros por fotografía, sin saber que, décadas después, las imágenes iban a recaudar miles de dólares. Con Madonna convertida en la indiscutible reina del pop, la casa pide 500 dólares por cada fotografía (algo más de 360 euros).

Las 21 imágenes que le sacó Kulkens estuvieron en las manos de Bob Guccione, el fundador de la revista Penthouse, hasta 2010. Después, Jeremy Frommer se hizo con ellas, junto con el resto de la colección de Guccione, y es él quien ha decidido poner a subasta esas posesiones en www.guccionecollection.com. En una de las fotografías más misteriosas, aparece Madonna de espaldas y acariciando el pelo de otra chica. "Es una locura, pero aún no sabemos quién es esa otra modelo", dijo ayer Frommer al Daily Mail.

Entre el resto de objetos de Guccione que ahora se subastan figuran también imágenes eróticas de los años 50, dos lienzos originales realizados por el magnate, y fotografías del viaje del boxeador Mohamed Ali a Oriente Próximo.

Asimismo, hay cuatro lotes que la colección identifica como imágenes de una supuesta película porno en la que participó Marilyn Monroe. Aunque los biógrafos oficiales de la actriz nunca han encontrado pruebas de esta supuesta película, en las fotografías aparece una Monroe desnuda con un hombre. Según Frommer, las imágenes "fueron enviadas a Bob Guccione desde Estocolmo".

Para el hasta ahora propietario de las imágenes, el lote completo constituye "una historia social y erótica del pasado siglo XX, y en particular de la revolución sexual, tal y como evolucionó a finales de los 50, la contracultura de los 60 y por su puesto los 70, una era en la que el etos definido por Bob Guccione y Penthouse realmente influyeron sobre la cultura".