20 años de sueño autogestionado
La asociación musical Psilocybe cumple Dos décadas convertida en "activo cultural" de hondarribia
LOS jóvenes que en 1993 crearon Psilocybe no imaginaron "ni de lejos" hasta dónde llegaría esta asociación musical de Hondarribia. En aquel tiempo, varios grupos del pueblo decidieron organizarse ante la inexistencia de locales para ensayar y espacios para ofrecer conciertos. Veinte años después, el sueño de aquellos chavales no solo es una realidad tangente y autogestionada , sino que ha superado las expectativas de sus propios protagonistas.
Uno de ellos es Danel Emazabel, componente de Lif -grupo entonces conocido como Live In The Attic- e integrante del colectivo desde el principio. Según explica a este diario, hoy en día un centenar largo de personas integran Psilocybe y un total de 21 bandas tocan en sus tres locales de ensayo ubicados en las antiguas escuelas del barrio de Amute. Psilocybenea, que así se llama este lugar de fachada negra e interiores rosas, tiene además una radio propia, un estudio de grabación, un sello discográfico y la joya de la corona: una recoleta sala de conciertos con espacio para 200 personas.
primeros hitos
Los comienzos
Pero comencemos por el principio. Emazabel tendría 16 primaveras cuando ayudó a fundar la asociación junto a otros jóvenes de Hondarribia que hoy, en 2013, sumarán "entre 35 y cuarenta y pico años". A principios de los 90, "en Onddarbi no había salas de ensayo ni bares de conciertos" y el "primer logro" de Psilocybe fue conseguir que el Ayuntamiento les dejase organizar una actuación "en una habitación grande" del edificio conocido como gaztetxe de Saindua. Allí tocaron, en pleno día de los Santos Inocentes, Live In The Attic, Dut y Beti Mugan. "Se llenó, fue un éxito y nos dejaron hacer un par de conciertos al mes", recuerda.
Ese fue el primer hito del colectivo con nombre de seta alucinógena -"en aquellos días se habían puesto de moda los monguis y había gente que solía ir a recogerlos"-, y sus integrantes no tardaron en dar su segundo paso importante. Danel no recuerda bien si fue en 1994 o en 1995, pero el Ayuntamiento, al ver que tenían ganas de trabajar de manera "seria", les cedió el ala norte de las escuelas para montar allí los anhelados locales de ensayo. Con el dinero de los conciertos y de la txosna, ellos mismos pagaron la obra y acondicionaron las tres salas de ensayo por las que han pasado varias decenas de grupos hondarribiarras.
El único requisito para ensayar en ellos es que un 60% de los componentes de la banda sean naturales de Hondarribia y que todos paguen una simbólica cuota de 50 euros al mes. En la actualidad, utilizan las instalaciones 21 grupos, entre los que destacan nombres como Naica, Luz de Putas, Mushroom Caffeine o Tripi Monsters. La demanda es tan alta que hay dos o tres formaciones en lista de espera.
trabajo voluntario
Espacio autogestionado
Cuando en 2008 la asociación cumplió quince años logró su gran victoria: que el Ayuntamiento le cediera todo el espacio disponible en las escuelas y que Psilocybenea pasara a ser un área autogestionada con una sala de conciertos y otras infraestructuras. Danel Emazabel recuerda que las negociaciones no fueron fáciles y que hubo algún "desencuentro" con el Consistorio, aunque finalmente sus responsables vieron que "Psilocybe era un activo cultural en el pueblo" y terminaron confiando en ellos. En ese aspecto, reconocen, tuvo mucha importancia el papel del exalcalde Borja Jauregi (PNV), que "apostó" claramente por el proyecto.
Para costear la obra de remodelación recibieron de las arcas municipales 620.000 euros. Desde entonces, cuentan con una partida anual del Ayuntamiento que les sirve "para ir tirando", porque lo que consiguen en taquilla va destinado casi íntegramente a pagar a los grupos. Así, el grueso del presupuesto, utilizado para el mantenimiento de las instalaciones y para material diverso, lo consiguen con lo que recaudan en las txosnas durante las fiestas de Hondarribia. Cabe subrayar que nadie en Psylocibe percibe un salario y que todos sus socios trabajan de manera voluntaria y altruista repartidos en comisiones de programadores, técnicos, administrativos y relaciones institucionales.
Profesionales sin serlo
Un escenario envidiable
Por el escenario de Psilocybenea, una sala que despierta la envidia de los pueblos colindantes, han pasado "seguramente" más de cien bandas en cinco años... Danel, uno de los encargados de la programación musical, menciona con orgullo a los estadounidenses Helmet y Shellac, que actuaron el año pasado en Hondarribia. "Si hace cinco años me dicen que íbamos a traer a gente así..", asegura. Todas las bandas salen "encantadas" porque la sala "suena bien" y el público puede ver el escenario "desde todas partes". Además, como norma general los precios no superan los doce euros "para que ir a un concierto no se convierta en un lujo".
"El espacio es pequeño pero bien aprovechado, y como solemos decir, no somos profesionales, porque no cobramos, pero actuamos como tales. No organizamos conciertos de tipo gaztetxero en los que, de repente, el equipo deja de sonar: tenemos una responsabilidad", advierte Emazabel, que recuerda los piropos que gente como Maika Makovski o Ainara Legardon han lanzado a Psilocybenea: "Todo el mundo que ha tocado aquí quiere volver".
Es el caso de loas australianos Kill Devil Hill, que actuaron una vez en Hondarribia y quisieron volver a grabar un maxi-single en directo que aún está pendiente de publicación. Unos músicos hablan con otros de las bondades del lugar y el "boca a boca" ayuda a "mover a otro tipo de grupos". "Cuando la gente habla bien es más fácil programar", sostiene.
La fiesta de aniversario
Atraer a los jóvenes
La radio de Psilocybe planea "reinventarse" en breve mientras el sello, llamado Psilocibina Records, continúa editando discos de grupos de la casa. Hasta la fecha, ha lanzado más de 20 referencias, entre las que destacan dos recopilatorios de la asociación, el DVD del concierto del décimo aniversario o trabajos recientes de grupos como Naica o Mushroom Caffeine.
¿El "reto" inmediato de la asociación? "Sobre todo mantenernos, hacer las cosas bien y seguir actuando como hasta ahora. Claro que siempre hay que aspirar a más, pero es difícil: requiere mucho trabajo y somos todos voluntarios, así que el objetivo inmediato sería que la sala siga funcionando bien y la asociciación también".
Quizá sí les gustaría que las actuaciones musicales atrajeran a más gente joven porque los chavales de 20 años no se mueven a los conciertos como lo hacían ellos a su edad. "No les veo el interés que yo tenía a los 16 años, cuando chupábamos toda la música que podíamos y estábamos todo el día pidiendo que nos grabaran discos en cintas TDK de 90 minutos. Ahora tienen todo a un puto click en Internet y no hacen ni caso", lamenta. Sin embargo, y paradójicamente, reconoce esperanzado que en el seno de la asociación sí se está produciendo un "relevo generacional" y que ahora "es la gente de veintitantos años la que más está tirando de Psilocybe", quizá por estar más libre de compromisos familiares.
En psilocybenea.com ya se anuncian algunas actuaciones de otoño (The Flying Eyes + Golden Animals y Lydia Loveless y Todd May), pero antes celebrarán como es debido veinte años de música y de importantes logros. Lo harán a lo grande con un triple concierto gratuito el sábado 24 en la Alameda de Hondarribia. Los invitados conforman "un cartelazo" de lujo: Atom Rhumba, Willis Drummond y Guadalupe Plata. "Los elegimos para hacer algo potente y rockero, y la verdad es que los tres tienen un directo impresionante", concluye Danel.