San Adrián, un túnel del tiempo
las excavaciones de aranzadi en la cueva de aizkorri sitúan la humanización del lugar en la edad de bronce
LA cueva de San Adrián, en la Parzonería General de Gipuzkoa y Araba, en pleno Parque Natural de Aizkorri, está siendo, desde el 29 de julio, el centro de una nueva investigación arqueológica que desarrolla la Sociedad de Ciencias Aranzadi. El programa de investigación se está llevando a cabo gracias a la ayuda técnica y económica de la Parzonería, desarrollándose a su vez un programa de integración del conocimiento en la sociedad. Este año se está realizando una exposición en el museo de Zegama con todo el material descubierto en esta cavidad, ya que es el más cercano al lugar, además de que su Ayuntamiento está ofreciendo todas las infraestructuras necesarias.
Gipuzkoa y Araba, a través de este túnel, representan un modelo de gestión mancomunado que demuestra la importancia de las excavaciones de hoy en día, ya que nos permiten descubrir la historia de nuestro país desde fechas muy antiguas. "Los habitantes de los seis pueblos parzoneros hemos oído siempre muchas historias de San Adrián -explicó Edurne Albizu, alcaldesa de Zegama-. Sabíamos que era un camino de reyes, parte del Camino de Santiago... Que era un punto históricamente muy importante".
camino de paso
Histórica N-1
Se trata de la primera Nacional 1 de Gipuzkoa. "De Irun a Castilla había que pasar por aquí", añade Albizu. "Los reyes de Castilla y de Navarra no se llevaban bien, y el único camino por el que ir de Castilla a Gipuzkoa y, de ahí, hacia Europa, sin pasar por Navarra, era este". Los pueblos de Agurain, Segura, Ordizia, Tolosa, Hernani y Pamplona se construyeron con la protección de este camino. En 1416 se hicieron las escrituras de los seis municipios cuyos concejales iban a gestionar las tierras, aunque estas iban a ser de los ciudadanos. "Desde la Edad Media se hacía así, pero desde ese año se dejó todo por escrito".
El arqueólogo Alfredo Moraza explicó la sorpresa que se llevaron hace seis años cuando, sin saber exactamente lo que iban a encontrar, descubrieron que el pasado humanizado del túnel era muy antiguo. "Sabíamos que había sido camino de romanos, que existía una vieja ermita, que había lugares en los que existían cosas enterradas. Queríamos asegurarnos y hacer una radiografía, y luego pensar qué hacer con todo ello". En esta excavación han trabajado arqueólogos, geógrafos, historiadores, etnólogos y demás, todos con la intención de recuperar la memoria de San Adrián. "Pensábamos que iba a ser algo suave y nos llevamos una sorpresa -afirmó Moraza-. Las piedras van hablando y la pared y el suelo muestran cosas". Han acabado encontrando restos de los últimos 14.000 años.
Buscan recuperar tramos de calzada y cimientos de edificios, por lo que están llevando a cabo un proceso de intervención y profundización de conocimientos. En estos momentos, son nueve las personas que están trabajando en las labores de excavación del lugar, entre arqueólogos, estudiantes de arqueología y voluntarios interesados en rescatar la memoria de San Adrián. "La arqueología es una ciencia en la que no sabes lo que vas a encontrarte", en palabras de Moraza. "Teníamos indicios que se han confirmado, pero según vamos levantando capas de la cebolla, nos vamos llevando una y otra sorpresa". No esperaban llegar al punto en el que se encuentran ahora, remontarse hasta hace 14.000 años. Sin embargo, creen que van a seguir retrocediendo en el tiempo.
"Los procesos de investigación han dado resultados muy interesantes. Hemos bajado tres metros desde la cota en la que estamos, y nos quedarán otros tres o cuatro metros de depósito, lo que no significa que eso albergue ocupaciones humanas". Sin embargo, ellos no son los primeros en sospechar la existencia de toda esta historia. Tal y como explicó Manu Ceberio, otro de los arqueólogos, "desde el siglo XIX sospecharon de la existencia de restos de épocas anteriores. Cuando se hizo la ermita, hubo alguien de la comisión de monumentos de Gipuzkoa que dijo que podrían encontrarse cosas prehistóricas en ese lugar".
Pero no contaban con una pista que sí que tuvieron estos últimos arqueólogos, los datos que se obtuvieron años más tarde, a partir de 1980, de Paco Etxeberria y Ángel Armendariz en un trabajo sobre las cuevas de Gipuzkoa, que revelaban restos humanos de enterramientos de la Edad del Bronce.
"El año pasado comenzamos a investigar a ver si había restos más antiguos. Se hizo un sondeo de restos de hace 13.000 - 14.000 años, del periodo final del Paleolítico. Era un periodo frío, la última glaciación". El arqueólogo remarcó lo curioso que es que a una altura de 1.000 metros, en esa época, hubiera una ocupación humana. No había nieve, pero eran periodos muy fríos y el invierno era muy largo. Tampoco había hielo, porque era el final de la glaciación y era un momento algo más cálido. Entonces ocuparon la cueva. "La parte exterior, el frente del muro por donde se entra, no se apoya en la roca sino en el sedimento que se ha formado desde hace miles de años. La cavidad está en pendiente".
Si en un principio pensaban que los niveles medievales iban a ser los descubrimientos más importantes de San Adrián, ahora han llegado a conocer la ocupación prehistórica que se dio en ese lugar. En esta cavidad han encontrado una de las ocupaciones más importantes de la Edad de Bronce en Gipuzkoa, además de los modos de vida de las personas que sobrevivieron a 1.000 metros de altura en la era de la glaciación.