Donostia. "Su belleza y elegancia" han encumbrado a la donostiarra Elena Ibarbia como la nueva Miss World Spain 2013 y su misión, a partir de ahora, será representar a España en el certamen internacional que tendrá lugar el próximo mes de septiembre en Indonesia, donde acudirán otras 120 jóvenes de todo el mundo.

La ganadora, de 18 años y estudiante de Comunicación, ha destacado entre sus 19 compañeras por su físico pero también por el proyecto social en el que ha colaborado durante los últimos meses.

Esta iniciativa solidaria ha consistido en apoyar y trabajar con personas mayores, de las que ha recibido "mucho cariño" y a las que "la sociedad olvida a menudo", declaró.

Su madre, Cari Jiménez, ha estado a su lado durante los últimos días en Tenerife, donde Elena compartió junto a sus compañeras sesiones de fotos, visitas turísticas, entrevistas y, sobre todo, "muchos nervios" y también "momentos mágicos e inolvidables". "Estoy orgullosa de mi hija", afirmó Jiménez, "todas las chicas eran muy guapas y la competencia, enorme".

La pasarela del Lago Martiánez de Tenerife acogió ayer a 20 participantes de entre 17 y 24 años e irradió una luz especial con la ilusión de las chicas, los exclusivos diseños con los que han desfilado y la emoción que han despertado proyectos como el que ha presentado Miss Sevilla, Tamara Llagas, quien se alegró por el nombramiento de Miss País Vasco: "se lo merece", sentenció.

La organización premió a la andaluza por su iniciativa social con mujeres de etnia gitana en riesgo de exclusión; "como mujer y gitana que soy", dijo, "reivindico la libertad de las mujeres gitanas para que decidan sobre su destino".

El desfile en bañador, "siempre el más complicado" según el jurado, inauguró la gala y se convirtió en un amalgama de lentejuelas, volantes y encajes diseñados por el canario Gabriel Croissier.

Sin embargo, uno de los momentos más determinantes de la noche de ayer fue cuando los cinco miembros del jurado anunciaron a las semifinalistas del concurso que estado cerca de llevarse la famosa corona que creó para la ocasión el artista George Wittels, y que hasta entonces guardaba la ganadora de Miss World Spain 2012, Aránzazu Estévez, quien se encargó de coronar a Ibarbia.