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"Paco sigue en la cárcel y no sabemos por qué"

El victoria eugenia proyecta hoy a las 19.00 horas el documental 'Ríndete mañana'Paco Larrañaga en persona presentará la película sobre su injusto caso y participará en un debate con el público

"Paco sigue en la cárcel y no sabemos por qué"

Donostia. Durante solo unas horas, Paco Larrañaga abandonará hoy su celda en la prisión de Martutene para asistir a la proyección y posterior debate del documental Ríndete mañana (2011), que se ha convertido en el primer testimonio audiovisual que defiende su inocencia. Aunque lleva dos años en la cárcel donostiarra gracias a un tratado entre España y Filipinas, el joven de origen vasco ha estado privado de libertad desde que en 1997 fue acusado de haber violado y asesinado a dos chicas.

El filme que narra su historia es una iniciativa de Marty Syjuco, cuyo hermano mayor está casado con Mimi Larrañaga, hermana de Paco. "Yo vivía en Nueva York cuando en 2004 el Tribunal Supremo amplió la condena de cadena perpetua a pena de muerte por inyección letal, y me pareció que el sistema judicial de Filipinas estaba cometiendo una injusticia enorme", aseguró ayer. Fue entonces cuando decidió denunciar la situación a través de esta película dirigida por Michael Collins, que también estará hoy a las 19.00 horas en el Victoria Eugenia junto a las activistas Sarah de Mas y Maisha Ortoll, que es prima de Paco.

Han necesitado siete años para completar un trabajo que documenta exhaustivamente las irregularidades del proceso contra Larrañaga. Solo apareció un único cadáver que ni en el juicio se demostró que fuera de una de las hermanas Chiong, se sucedieron numerosos episodios de corrupción policial, política y judicial y Paco sufrió un auténtico calvario carcelario. En total, acumularon 400 horas de grabaciones y más de 50 horas de imágenes de archivo.

Rescataron abundante material de los medios de comunicación (que en su mayor parte le prejuzgaron por pertenecer a la acomodada clase mestiza y ser bisnieto del cuarto presidente de Filipinas, Sergio Osmeña), y contaron con imágenes directas del que fue calificado como "juicio del siglo", una auténtica farsa "surrealista". Rodaron clandestinamente en la cárcel y entrevistaron varias veces a los padres de Paco y a la madre de las jóvenes desaparecidas, Thelma Chiong, que, no contenta con la cadena perpetua, hace lo imposible por que Larrañaga sea condenado a muerte, sin descartar el soborno y su cercanía al presidente del Gobierno. Fuera de sus casillas, en una secuencia escalofriante incluso promete que ella y su familia no dudarán en "matar" al asesino de sus hijas. "Ella es la primera víctima, algo se ha roto en su interior porque sus hijas han desaparecido, y se aferra a su verdad", opinó Collins.

Según De Mas, "hay una imagen que lo dice todo sobre la corrupción y la manipulación que rodean al caso". Es la que muestra a la madre de las chicas en actitud amigable ante los medios, regalando un pastel al testigo estrella, un delincuente que confesó bajo torturas haber participado en el asesinato junto con Paco y otros seis acusados, y cuyo testimonio fue la única prueba para condenarle. De nada sirvieron los cerca de 40 testigos que dijeron haber estado con el acusado en Manila la noche de autos, a decenas de kilómetros de Cebú, donde desaparecieron las chicas. El filme también apunta que el marido de la señora Chiong tenía vínculos con un famoso y vil narcotraficante y que sus hijas podrían haber sido secuestradas para evitar que su padre declarara contra él en el Congreso. Pero nadie lo investigó.

clemencia ejecutiva En 2004 el Estado español se involucró en el caso y contribuyó a cambiar la suerte de Paco. Filipinas derogó la pena de muerte, la ONU confirmó las irregularidades del proceso y un tratado permitió traerle a España. Mash y Ortoll recordaron que el hecho de que Paco cumpla condena en España -y goce ya de algunos permisos ordinarios como el de hoy- no debe hacer olvidar que continúa preso por un delito que no cometió: "Sigue en la cárcel y aún no sabemos por qué".

Sus familiares y allegados trabajan ahora con dos opciones que requieren de "procesos complejos": que la justicia española reconozca una pena de prisión menor -no está claro si Paco podría abandonar la cárcel en 2025, 2027 o 2034- o que Filipinas le otorgue la clemencia ejecutiva y lo exculpe definitivamente para convertirse en un ciudadano más. En este último punto, según recalcó Maisha Ortoll, el Estado español aún puede hacer más por ayudar, ya que el tratado hispano-filipino para el traslado de presos permite que España pida "de forma oficial" la mencionada clemencia ejecutiva. Por ello, la web freepaconow.com -lema que lucían ayer en varias chapas- incluye un formulario dirigido al presidente del Gobierno español.