parís. Los primeros años de Picasso en París, impregnados de bohemia, mujeres, tragedia y pinceles, llegan a las librerías francesas con una serie de cuatro volúmenes de cómics firmados por el dibujante Clément Oubrerie y la guionista Julie Birmant. La novela gráfica, que edita Dargaud y recrea las vivencias del pintor entre 1900 y 1912, debuta con Pablo 1. Max Jacob y recupera los recuerdos de Fernande Oliver, una modelo que posaba para algunos de los artistas instalados en París a inicios del siglo XX y que se convirtió en el primer gran amor de Picasso.
Se trata también de la reconstrucción de una ciudad en una época de esplendor y del célebre barrio de Monmartre, la colina donde se ubica la basílica del Sagrado Corazón y donde buscaban cobijo muchos de los artistas que desfilaron por París hace ahora un siglo, explicó Birmant, que vive desde que nació hace 38 años a escasos metros de donde Picasso tenía su estudio.
En 87 páginas de viñetas llenas de ímpetu y trazos nerviosos y con una tirada de 37.000 ejemplares, el volumen inaugural de la serie relata la llegada del genio malagueño a París, con apenas veinte años y acompañado de su íntimo amigo y también pintor Carlos Casagemas, con quien compartiría un estudio en el número 49 de la rue Gabrielle.
Un año después, un Casagemas atormentado se quitaría la vida de un tiro en la cabeza, después de haber intentado asesinar a Germain, la bailarina del cabaret Le Moulin Rouge con quien mantenía una relación. Aquel drama marcó profundamente al genio cubista, quien derivó entonces su escala cromática e inauguró el "período azul", que se extendería hasta 1904. El cómic, que no se priva de ilustrar los incontables romances de Picasso, detalla cómo la muerte de Casagemas desquició al artista, que pintaba obsesivamente mientras erraba entre amantes y botellas de alcohol.
El crítico de arte Max Jacob., que da nombre al primer tomo de la novela gráfica, dio refugio a Picasso cuando se granjeó una fama de "poeta maldito" que generaba lienzos llenos de aflicción y soledad. Será entonces, en 1904, cuando el amor de Fernande entre en la vida del malagueño. Es también el momento en el que concluye Pablo 1. Max Jacob, que continuará con tres tomos dedicados a Apollinaire, Stein y Matisse.