DONOSTIA. Hoy ofrecerán una fiesta privada y acústica en el Club del Victoria Eugenia (19.00 horas), pero el sábado serán el principal atractivo de la fiesta de presentación del nuevo centro cultural Intxaurrondo. La cita es gratuita y comenzará a las 21.00 horas con las actuaciones de Anari y Gari. Después Triz3ps (léase tríceps) se convertirá en octeto eléctrico con la colaboración de Paul San Martín (teclados), Luis Camino (percusión) y un trío de vientos. A buen seguro sonarán también temas de la mítica banda Parafünk, en la que coincidieron P3z y Bosch.

¿Qué diferencia a Triz3ps del sinfín de proyectos que ha abanderado?

Es una vuelta al formato de grupo. Los temas parten de canciones mías sin acabar que luego completamos los tres. Es un regreso al principio de los años 80, cuando yo empezaba a tocar con grupos. Hemos optado por eliminar todo artificio.

Suena más orgánico que trabajos anteriores, no hay electrónica.

Esa es la idea, tocar la fibra, trabajar con los elementos clásicos, volver a las raíces y volver a encontrarme, quitar los artificios de las máquinas que han terminado por saturarme.

¿Por qué?

Ahora aprecio mucho más que nunca la música acústica.

¿Puede tener que ver con la edad?

Puede, aunque es más por la saturación de un sonido electrónico cuyo margen ya conoces. Me apetece más buscar la veracidad de las cosas en una época en la que todo es digital. Ya no sabes qué es real y qué no lo es. Por eso, ahora veo una orquesta de música clásica y alucino, me parece lo máximo. También los cantantes que actúan en acústico. Estamos preparando el acústico de mañana [por hoy] y me siento muy a gusto eliminándolo todo hasta llegar a la síntesis. Si una canción se sostiene por sí sola, ese puede ser su valor.

¿Veremos a Javi P3z en un escenario, solo y con una guitarra acústica?

Me aburriría mucho, pero igual sí actuaría solo con una caja de ritmos.

Pero ahí entrarían de nuevo las máquinas.

Sí, bueno. No es que esté reñido con las máquinas, pero de repente nos apetecía volver a la esencia de tocar, que cada golpe sea importante.

El disco se abre con el tema 'Pretérito'. ¿Esa mirada al pasado de la que habla es nostálgica?

No, no. Simplemente estamos trabajando con instrumentos y estructuras clásicas de canción, no yendo a lo extraño, sino intentando que sea fácil de comunicar y entender.

En la crónica del concierto que Triz3ps ofreció en marzo en Donostia definimos su sonido como moderno y clásico al mismo tiempo.

Hoy es difícil saber dónde está la barrera entre lo clásico y lo moderno. Por ejemplo, la música de Los 40 Principales tiene artificio, elementos casi mecánicos y ficticios de edición, corta-pega, loops, repeticiones, y eso no es moderno.

Se ve demasiado el truco.

Es puro truco, ficción. Quien canta ya no canta. Llegará un momento en el que quienes somos melómanos digamos: "Hasta aquí". La música que he hecho siempre ha estado orientada hacia la melomanía, con referencias al pasado y mezclándolo todo desde un lado no comercial.

Las referencias del disco son claras.

Música negra, blanca... Todo lo que he mamado: pop, rock, punk, soul... Para mí es rhythm and blues, o soul blanco, me gusta ese concepto.

Es muy clara la influencia de Curtis Mayfield.

Igual lo intento, pero no creo que llegue a nada. Qué más quisiera yo tener su tono de voz, su capacidad torácica y la de Marvin Gaye. Tengo una voz limitada e intento combinar el falsete... Mi madre me dice que chillo demasiado. (Risas) Bromas aparte, es un disco subido de tono, con cierta rabia contenida, emoción, tristeza y esperanza a la vez...

¿Es difícil componer para alguien tan acostumbrado a pinchar discos?

A la hora de crear, escuchar mucha música es una mala influencia; al final no sabes muy bien qué crear.

Tras casi 20 años como dj residente y programador de Etxekalte ha decidido 'colgar' los platos.

No quiero entrar en los motivos, pero pinchar tampoco es algo que me motiva ahora mismo. Me gusta pero reconozco que me cansa. Prefiero cantar, crear y tocar.

Algo difícil en una ciudad como Donostia, encorsetada por reglamentos, licencias y escollos varios.

Nunca ha habido salas independientes en condiciones para tocar, todos los locales son institucionales. Desde que programábamos Elektronikaldia ya existía ese problema, hay demasiados filtros y no sé qué intentan preservar. Debería haber facilidades para un circuito real e independiente que creara cultura. La cultura no puede estar solo entre oficinas institucionales. Es un error. Está claro que no se puede molestar a los vecinos, pero debe haber un equilibrio: ofrecer cultura al público e independencia a los creadores.

El disco también se vende en tiendas como Loreak Mendian o Noventa Grados en un 'Playbutton', una pequeña chapa que incluye los temas en mp3. Sorprende la iniciativa viniendo de un amante del vinilo...

Siempre ando luchando contra ese tema... A ver, el vinilo me parece un formato como cualquier otro. Es cierto que con buenas condiciones de hi-fi (alta fidelidad) suena mucho mejor si es un club bien montado. Pero hoy en día la mayor parte de los clubs no están preparados: hay limitaciones de sonido por parte de los ayuntamientos pero los locales no se acondicionan como es debido.

Usted pincha música en mp3...

Desde hace tiempo, suena bien si tiene calidad. El formato es lo de menos, lo importante son las canciones y que allí donde las pongas suenen bien. El alta fidelidad es muy importante. Ahora todo el mundo escucha mp3 de baja calidad. La gente hace zapping, hay problemas serios para centrar la atención en una sola cosa.

El móvil, el ordenador, 'Twitter'...

Las nuevas generaciones no saben lo que es escuchar un disco entero y eso al final se puede perder. La idea de álbum o el concepto de leer un libro cada vez se estilan menos. Hay demasiada dispersión y al final viviremos como haciendo zapping, como si fuéramos máquinas. Supongo que siempre quedarán otras formas de vivir, pero hoy en día, si no estás conectado, hay una brecha digital. Eso es un problemón porque hay dos clases de personas: blancos y negros, ricos y pobres, conectados y no conectados... Internet, además, siempre me ha parecido un invento militar, da miedo. Sirve para muchas cosas, pero no sé si se utiliza bien: Facebook, Twitter... Parecen cosas más para despistar: picas de muchos sitios pero no centras la atención en ninguno.